capítulo 6

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Yeray
Había terminado la comunión de mi princesa, para los dos ha sido un día especial, verla tan feliz haciendo su primera comunión me hace sentir más orgulloso por ella, se ve que está esforzándose por salir adelante a pesar de su discapacidad.
Sin embargo, tener que volver a separarme de ella porque así me lo ha impuesto mi padre, y todo debido a que no quiere que estemos juntos por la discapacidad que tiene mi hermana metiéndome ideas erróneas sobre mí madre intentando inculcarme odio hacia ella.
Detesto su manera de pensar y de comportarse sobre mi familia.
Me siento tan enfadado con él que si no fuera porque un juez le ha dado mi custodia no estaría precisamente viviendo bajo su mismo techo.
Cada vez que mis recuerdos vienen a mí de la manera que ha humillado a mi madre, incluso su manera de comportarse con mi hermana tan mal cuando apenas era un bebé sólo consigue que mi rencor hacia él crezca.

Cuando llego a mí casa, ahí está mi padre sentando en el sofá con una cerveza en la mano mirando la tele.
Por intuición, me volteo hacia mi madrastra la cual, me está mirando con pena, me hace una señal con la cabeza para que suba hacia habitación.
Pongo algo de música mientras me meto en la ducha.
Nada más salir de la ducha,me dejó caer en la cama me siento un poco cansado. Al cerrar los ojos, una imagen de unos hermosos ojos verdes con cabello como el fuego se instala precipitadamente en mi cabeza.

Allí estamos ella y yo parados uno enfrente del otro.
Con chulería me toca con su dedo índice en mi pecho advirtiéndome que no me meta donde no me llaman.
Los nerd, los marginados, los frikis...son personas que ellos utilizan y no soy un superhéroe.
La veo como desaparece de mi vista dejándome en silencio y enojado.
Esa chica no me va decir a mí lo que tengo o no qué hacer.
Aquí nadie somos más que nadie, y esa pandilla no va seguir lastimando a más personas que no saben defenderse y les tienen tanto miedo.
Abro los ojos de golpe, estoy sudando y las manos están hechas un puño de la misma rabia que siento por esa chica y su pandilla.
Juro que cuando vuelva a ver a esa pelirroja no voy a quedarme callado como un idiota como ya lo he hecho anteriormente cuando la tenía a pocos centímetros de mí y cerré mi boca hechizado por su manera tan poco usual de comportarse una chica normal. Si no borde y caprichosa.

A ver, no entiendo porqué narices estoy pensando precisamente en esa niña tan borde.
Mejor voy a dormir, mañana me espera un día larguísimo en el instituto.

Las clases como eran de esperar han sido aburridas y otras nos han mandado demasiada tarea para hacer en casa.
Al fin, suena el timbre dando por finalizadas las clases por hoy.
Voy caminando hablando con otros compañeros cuando de repente veo a mis amigos que están riéndose mirando sus teléfonos. Nada más verme, Brian me muestra el teléfono y en él puedo ver un vídeo que le han pasado bastante gracioso.
Nos reímos comentando el vídeo, hasta que veo como uno de mis enemigos empuja a Kiko fuerte haciéndole caer al suelo.

-—¿De qué vas imbécil? -—Sin pararme a pensar, tiro mi mochila al suelo comenzando a empujar a ese imbécil que tengo delante echándome una mirada asesina.

—Escúchame con atención, tú eres un idiota más igual que ellos. A mí no me van los superhéroes, por tú bien, no te metas con nadie de mi grupo o estarás en problemas.

—No me dan miedo tus amenazas. Tú aquí no eres mejor que nadie. — El moreno con pintas de chulito comienza a reírse a carcajadas seguido de sus perros fieles que se ríen sin gracia.

— Cálmate idiota. Y ten mucho cuidado con lo que haces. — Chocando fuerte nuestros hombros aquel chico se marcha rodeado de dos chicos altos.

Mis amigos me miran como si tuviera dos cabezas.
En verdad, no sé exactamente qué demonios está sucediendo.

— Yeray, ¿Qué has hecho?

—Nada malo que yo sepa. Ese imbécil, no me da miedo.

—Pues debería. Es Derek, el líder del grupo de los "racilbup". Todos dicen que es un chico solitario y rebelde con sangre fría. De hecho, se comenta que trabaja para un narco.
Ten mucho cuidado Yeray. —Me avisa Kiko poniendo su mano en mi hombro.

SUEÑOS INALCANZABLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora