O4 | MOON EYES

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Cuando llegó a la escuela como "el nuevo" sabía que nada podía salir bien, estaban a mitad del año escolar, los grupos ya estaban formados y no tenía esperanzas de encajar con todos esos niños.
La profesora Park tomaba su pequeña mano mientras que trataba de calmar a sus alumnos, pidiéndoles silencio para que el azabache pudiera presentarse y cuando logró su cometido le hizo una seña para que comenzara a hablar.
Un pequeño y nervioso Seo Changbin de siete años hizo una leve reverencia y juntó sus manos en un intento de calmar sus nervios.

- Buenos días a todos, mi nombre es Seo Changbin y seré su nuevo compañero, espero que nos llevemos bien y podamos ser buenos amigos.

No esperó un aplauso por parte de sus compañeros ni mucho menos, sujetó las correas de su mochila y comenzó a caminar en busca de algún asiento disponible en el cual poder sentarse, pero cuando intentaba acercarse a alguien lo miraban mal y ponían sus mochilas en el asiento libre impidiendo que se sentara a su lado. Aquello no pasó desapercibido para un pequeño de cabellera rubia, que al notar como todos trataban al pequeño alzó su mano para captar su atención y le hizo una seña, indicando que podía sentarse a su lado. El azabache suspiró de alivio y se apresuró para poder tomar asiento junto a aquel chico de bonita sonrisa.

- Nunca había oído ese nombre, es bonito. Mi nombre es Hwang Hyunjin, encantado.

Extendió su mano hacia el chico bajito y este lo observó con un pequeño deje de desconfianza en su mirada, algo dentro de él lo hacía analizar a las personas antes de interactuar con ellas.
Pudo notar una bonita sonrisa dejando a la vista sus perfectos y blanquecinos dientes, sus ojos parecían pequeñas medias lunas cuando sonreía y aquel lunar debajo de su ojo captó toda su atención.

« ¡Bin, tenemos nuevo amigo! Parece agradable. »

Aquello fue como una señal, si esa extraña voz interior decía que podía confiar no había por qué temer, estrechó su mano y le devolvió la sonrisa.
Los siguientes días en la escuela transcurrieron con normalidad, Changbin era un niño callado y bastante tímido, pero gracias a Hyunjin nadie lo molestaba. Se encargaba de defenderlo e intentaba convencerlo de que no había nada malo con él. Fue así que poco a poco se iba formando una bonita amistad entre ellos, la forma en la que el rubio lo miraba desbordaba cariño, ¿Quién diría que años después aquella mirada estaría cargada de desprecio?

. . .


- ¡Mamá, ya llegué a casa!

El azabache dejó su mochila sobre el sofá de la sala y se adentró en la cocina, sonriendo al ver a su madre luciendo el delantal que le había obsequiado el día de su cumpleaños, sus fosas nasales se inundaron del el exquisito aroma de la lasaña que estaba cocinándose en el horno. Su madre besó su mejilla y desordenó sus cabellos, haciendo que el adolescente rodara sus ojos mientras dejaba escapar una pequeña risita de sus labios. La ayudó a poner la mesa y ambos se sentaron para poder almorzar juntos.

- ¿Cómo te fue en la escuela, mi amor? - Inquirió mientras que servía una porción de lasaña para su hijo.

- Bien, no nos dieron tarea hoy.- Extendió su brazo para recibir el plato, su madre no se veía para nada convencida con aquella respuesta.

- Volvieron a molestarte, ¿Verdad?

Lo había notado apenas entró a la cocina, el pantalón de la escuela tenía pequeñas manchas de sangre en la parte de las rodillas. Sabía que molestaban a su hijo, había intentado hablar con los directivos, pero Changbin se lo impedía diciendo que sería peor. El joven comenzó a jugar con el tenedor en su plato, evitando la mirada de la señora Seo, odiaba hablar de ese tema porque sabía que aquello la angustiaba. Odiaba hacer sentir mal a su madre aunque no tuviera la culpa de ello.
Yangmi tomó la mano de su hijo y acarició el dorso de ésta mientras que lo miraba con ternura.

- Hoy tienes cita con Suni, tal vez hablar con ella te ayude... ¿Él no te ha molestado?

- Si te refieres a Chris, ha estado bastante tranquilo hoy, si te refieres a Hyunjin... ya sabes la respuesta.

- ¿Hyunjin fue el causante de los raspones en tus rodillas? No lo entiendo, no entiendo qué pasó con aquel muchachito dulce que protegía a mi hijo.

A Changbin se le cerró el estómago y perdió el apetito; él sí sabía qué había pasado y en parte sentía que era su culpa.

« Vamos, Changbin, no fue tu maldita culpa, él fue quien se comportó como un completo idiota. Cuando se dió cuenta de lo que nos pasaba se alejó, ¿Qué clase de amigo hace eso, eh? Te dije, ya no necesitamos a nadie, te tengo a ti y tú me tienes a mí. »

En la tarde el azabache salió de su hogar y tomó su bicicleta para poder dirigirse a su cita con su psicóloga, debía verla una vez a la semana, Chris no estaba muy feliz con eso, él creía que querían separarlos. Habían hablado varias veces del tema, Changbin le había prometido que a pesar de las diferencias y lo complicado que pudiera ser todo a veces, nadie iba a separarlos, al fin y al cabo Chris era el único que siempre estaría ahí para él.

- ¿Tienes miedo de que algún día nos separen?

« No, sé que tú no dejarías que pase. »

- ¿Cómo puedes estar tan seguro? Sabes que existe la integración, puedo optar por ello alguna vez y me convertiría en un chico normal.

« Hazlo, nadie te detiene a hacerlo, pero sabes perfectamente que debes hacerlo por ti. No puedes hacerme desaparecer así sin más sólo para tratar de encajar, soy parte de ti y quienes te quieran de verdad... nos querrán a ambos. »

Detestaba aceptarlo, pero debía reconocer que Chris tenía razón, siempre la tenía. Toda su vida se ha sentido alejado de las personas, deseaba que entendieran que no era un monstruo, Chris era una parte de él, una parte que también podía sentir.
Tal vez el universo o lo que fuera que estuviera por encima de todos los humanos lo había decidido de esa manera, quizá Chris estaba ahí porque lo necesitaba, al final del día eran sólo Chris y Changbin contra el mundo.





Who Are You ? | MinBin ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora