O5 | SWEET AS COOKIES

765 139 45
                                    

- ¿Por qué piensas que Hyunjin cambió tanto? Me habías dicho que desde que le contaste sobre Chris cambió drásticamente, ¿No pasó nada más?

Changbin estaba recostado en el sofá, jugaba con sus manos y veía como Suni anotaba cosas en su libreta, siempre lo hacía y moría de curiosidad por saber qué tanto escribía allí. Como en cada sesión hablar del rubio aún dolía, aunque se comportara como idiota no podía olvidar que en el pasado habían sido mejores amigos inseparables. Cuando le preguntaban qué había pasado entre ellos, sinceramente no sabía qué responder.

- No lo sé, un día salimos de la escuela y le conté sobre Chris, al día siguiente me ignoró y comenzó a comportarse como los demás. Quizá le dió miedo, no podría culparlo, todos cometemos errores, si hubiese sido al revés yo tampoco sabría cómo reaccionar.

- Ya, pero, ¿No crees que tal vez fue influenciado de alguna manera? Uno no olvida tan fácil lo que siente, él pasó de ser tu protector a ser uno más de los que te hacían daño. ¿Intentaste hablar con él otra vez? Creo que entre ustedes ha quedado una charla pendiente, ahora que han crecido y madurado pueden resolver los problemas de otra manera.

Tal vez Suni tenía razón, pero acercarse a Hyunjin era algo imposible, no iba a permitirle hablar, sería una pérdida de tiempo e incluso podría salir herido si lo intentaba, tanto física como emocionalmente.
Cuando su sesión terminó se despidió de de su psicóloga y la recepcionista antes de salir del hospital. Justo cuando iba a subir a su bicicleta su teléfono vibró en el bolsillo de su pantalón, era un mensaje de su madre.

Mamá: Cariño, cuando termines con Suni ve a la tienda y compra lo necesario para la cena. Gracias, te amo.

Suspiró y guardó su teléfono para poder subir a la bicicleta y comenzar a pedalear hacia la tienda.
Su madre tenía suerte de que llevaba dinero en ese momento. Debía apresurarse, estaba anocheciendo y el invierno se sentía cada vez más cerca, aparcó su bici y entró a la tienda. Recorrió los pasillos buscando los productos que su madre utilizaría para preparar la cena, se detuvo en el sector de las galletas y observó cada una con detenimiento, había demasiada variedad.

« Galletas de chocolate con almendras, si no compras esas no quiero nada. » Rodó sus ojos al oír la pretenciosa voz en su cabeza.

- Las galletas de chocolate con almendras son una buena opción, créeme que no te arrepentirás si las escoges.

Una voz familiar logró sobresaltarlo, giró sobre sus talones y se encontró con el chico de cabellos naranjas, Minho. Lo miraba con una gran sonrisa en sus labios mientras que se acercaba, lo suficiente como para invadir su espacio personal, se encogió en su sitio y se sintió diminuto cuando el mayor pasó su brazo por encima de su cabeza para sacar el paquete de galletas. La cercanía era tanta que podía ver a la perfección sus ojos, los ojos más profundos que había visto en su vida, sin dudas.

- No son tan buenas como las que hace mi madre, pero estoy seguro de que te encantarán.

Claro que le gustaban las galletas, no era como si no tuviera que comprar un paquete a diario, religiosamente, sólo porque a Chris le encantaban.
Le extendió el paquete de galletas y cuando el azabache las tomó volvió a retroceder unos cuantos centímetros. Changbin deseaba que la cercanía entre ambos hubiese durado un poco más, pero no lo diría, ¿En qué diablos estaba pensando? Tal vez era el frío.

- Gracias, las llevaré entonces, mañana te diré si me gustaron o no.

- ¿Y por qué mejor no te acompaño hasta tu casa, pruebas las galletas en el camino y me dices qué tal están? Además, está oscuro, las calles son peligrosas a estas horas como para que andes solo.

- No creo que...

« Dile que sí, tonto, ¿No te das cuenta de que está buscando una excusa para pasar tiempo contigo? »

- Está bien.- No estaba dispuesto a escuchar las quejas de Chris si se negaba.

- Genial, vamos.- Un tirón en la comisura de sus labios delató su sonrisa.

Un agradable escalofrío recorrió el pequeño cuerpo de Changbin cuando Minho llevó una de sus manos a su espalda, guiándolo hasta la caja para pagar sus productos.

« No conoce el espacio personal, este tipo me cae cada vez mejor. »

Cuando ambos pagaron salieron de la tienda y el más bajo tomó su bicicleta, comenzó a caminar junto al pelinaranja en silencio, no era de esos silencios incómodos y eso le agradaba.

- Lo de las galletas era tan sólo una excusa para acompañarte a tu casa y luego invitarte a comer las galletas que hace mi madre. Disimular no es lo mío, lo siento.

« Se nota completamente, hermano. »

Changbin soltó una pequeña risita y aquel simple acto hizo ensanchar la sonrisa de Minho.
Quería conocerlo, a él, a Changbin. No parecía tener malas intenciones y en tan sólo un día conociéndose se había preocupado por él, lo había defendido de Hyunjin y ahora lo acompañaba a su hogar.
¿Minho era real o también era producto de su imaginación? Eso no importaba ahora.

- Bueno, aceptaré tu propuesta de las galletas, mientras haya comida seré feliz.

« Huele a romance. » Chris se la estaba pasando increíble, como nunca antes.

- Oh, cuando pruebes la comida que hace mi madre querrás que te invite a casa más seguido.

« Eso, todo un galán. Sigue así. »

Se detuvieron al estar frente a la casa del más bajo.
El frente estaba pintado de blanco y había un pequeño camino con arreglos florales, las luces estaban encendidas, seguramente su madre estaría preguntándose por qué había tardado tanto, necesitaba preparar la cena y sin las compras no podía hacer nada. Sabía que lo regañaría.

- Llegamos... gracias por acompañarme.

- No agradezcas, necesitaba dejarte sano y salvo en casa, además, es agradable pasar tiempo a tu lado.

- Es necesario agradecer, de verdad, me has ayudado en todo el día.

- Hice lo que sentía y debía, ahora debes entrar, hace frío y tu mamá nos está espiando desde la ventana.

Dió un paso hacia adelante y depositó un pequeño beso sobre la frente del menor antes de darse la vuelta y comenzar a alejarse tranquilamente. Changbin no sabía cómo reaccionar a aquel inesperado beso, era algo pequeño e inocente, no decía nada y aún así los había dejado sin palabras.
Apretó la bolsa de las compras y se giró para entrar a su casa, no se salvaría de su madre pidiendo explicaciones, de eso estaba seguro.



Who Are You ? | MinBin ( Terminada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora