Capítulo 2: Samiel

12 2 0
                                    

No estaba muerto ¿por qué no estaba muerto?
Pensé que moriría, mis alas no me obedecían, las sentí desconectadas de mi, mis alas...
Estaba envuelto en ellas, sentía algo caliente y pegajoso por todos lados y un olor a hierro penetrante, me intente mover y solo logre que me doliera todo el cuerpo, estaba oscuro, pero pude distinguir algunas figuras.

Estaba en un callejón,era trade por la noche, la poca luz que veía provenía de un poste de alumbrado público al otro lado de la calle, había caído unos metros delante de mi y rodado hasta el montón de cajas y cartón en el que me encontraba, lo sabía por que había golpeado el pavimento con mucha fuerza, estaba agrietado y lleno de sangre, sangre que llegaba hasta mi.
Mire mis pies, estaban rojos y raspados, mis rodillas sucias y llenas de cortadas por el pavimento, tenía el costado derecho rasgado, las manos y codos sangrantes y ni hablar de mis alas, ellas recibieron la mayor parte del impacto, mis antes blancas y brillantes alas estaban dañadas, llenas de sangre y suciedad, por primera vez en toda mi existencia sentí mis alas pesadas.

Como pude me puse de pie, estaba echo jirones, intente sacudir la tierra de mi cuerpo pero solo empeoro la situación.

-¿estás bien chico?- pregunto alguien detrás de mi - te diste un buen golpe-

Me di la vuelta y vi un hombre un poco anciano con un gorro rojo muy desgastado por el tiempo y cabellos canos salir desordenadamente de el, llevaba varias chaquetas sucias y viejas, pantalones de vestir, zapatos formales muy rotos y comidos por los años, intentaba salir de entre las cajas en las cuales había estado tirado hace unos segundos.

-déjeme ayudarlo- dije extendiéndole mi mano.
-estoy bien muchacho- dijo sonriendo- el que necesita ayuda aquí eres tu- dijo con su vos ronca pero amable mientras se ponía de pie y se sacudía sus desgastados y sucios pantalones de vestir- si no te importa que pregunte, ¿como fue que un muchachito tan lindo terminó en un callejón como esté? -

-la verdad es una historia muy complicada y tampoco estoy muy seguro de lo que sucedió- conteste calmado y un poco confundido- pero no quiero hablar de eso ahora ¿está usted bien? Creo que lo aplasté cuando caí-

-Por supuesto que estoy bien muchacho- levantó ambos brazos y dio una vuelta sobre si mismo - estoy en perfectas condiciones- se acercó a mi y me extendió una sucia y arrugada mano -me llamó William- dijo sonriente , le faltaba un diente lo cual me hizo sonreír, tome su mano y lo saludé felizmente.

-un placer conocerlo William- dije mientras John con ambas manos me saludaba alegremente.

-el placer es todo mío joven...-dejó de agitar mi mano- ¿cuál es tu nombre niño? ¿Quien eres?- pregunto muy enigmático.

-yo ya no se quien soy, todo lo que era, lo que solía ser, ya no es más parte de mi- dije volviendo a sentir todo el dolor de mi caída.

-esas dos grandes a tu espalda me dicen otra cosa-dijo señalando mis alas con un dedo chueco -¿cómo te llamas?- volvió a sonreír.

-mi nombre ya no significa nada- dije mirando al suelo -ya no soy alguien-

-vaya, hay mucha tristeza en ti para ser tan joven- dijo buscando mi mirada- bien, pues si perdiste tu nombre yo te daré uno ¿que opinas de Sam? creo que va con tus rulos cafés y tus ojos miel- me lleve la mano a la cabeza para tocar mi cabello estaba tieso por la sangre que se empezaba a secar.
-¿Sam?- pregunte incrédulo, ¿por qué me da ese nombre?

-Claro ¿acaso no te gusta?-

-No es eso, es solo que... lo sentí familiar-

-Perfecto, así no tardarás en acostumbrarte, oye no quiero hacer eso incómodo joven Sam pero ¿por qué tienes alas?- ladeo un poco la cabeza y me miro a los ojos

-No lo se, no se por que siguen conmigo, no se por que están aquí, no se por que no me las quitaron, no las merezco- era verdad, a final de cuentas y después de todo lo que hice estoy seguro
No merezco mis alas

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 05, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

L cadutiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora