━ II. Volterra.

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Cuando los ojos marrones de Daira se abrieron después de un largo descanso, no pudo evitar sentirse feliz y animada al reconocer el lugar en donde se encontraba; estaba en Volterra, cumpliendo su pequeño sueño de conocer ese pueblo de Italia, el c...

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Cuando los ojos marrones de Daira se abrieron después de un largo descanso, no pudo evitar sentirse feliz y animada al reconocer el lugar en donde se encontraba; estaba en Volterra, cumpliendo su pequeño sueño de conocer ese pueblo de Italia, el cual en el pasado, a pesar de la cercanía de Montaione, estaba muy lejos en la perspectiva de su vida. Pero ahí se encontraba, tumbada sobre la vieja cama en la casa de los simpáticos ancianos que la acogieron cuando había llegado a Volterra la pasada noche. 

Daira no se había quedado mucho tiempo en la cama, su pereza mañanera había desaparecido cuando su mente recordó de los últimos acontecimientos del día anterior. La chica se levantó de un salto de la cama y corrió a vestirse, poniéndose unos desgastados vaqueros y una camisa que antaño había sido de su padre. Se recogió el pelo largo en una coleta e hizo la cama con rapidez antes de dirigirse a la cocina de la vivienda con un pequeño bolso en donde tenia el dinero que su padre le había dado para ese viaje. 

Cuando llegó a la cocina se encontró con ambos señores de la casa desayunando y charlando. A Daira le encantaba la pareja, le parecía adorable y muy simpática, ademas de que se notaba el amor que se profanaban a pesar de los años juntos. Los dos ancianos no tardaron en percatarse de la presencia de su invitada, y Pia, con una enorme sonrisa, le ofreció asiento mientras se levantaba y comenzaba a llenar una taza con chocolate caliente. A Daira le sorprendió, ya que había pensado que le iba a ofrecer café cuando vio a Dante beber un tazón que desprendía el característico olor. Daira había estado a punto de rechazar la taza, ya que a la muchacha no le gustaba el café, pero cuando vio el espeso liquido, se tranquilizo. 

Pia era buena prediciendo a la personas, o eso suponía la castaña.

─ ¿Algún plan para hoy, querida? ─ preguntó Dante mientras bebía de su humeante café. 

─ Visitare el museo y el teatro romano a la mañana, tengo mucha curiosidad también de ver las calles y su arquitectura medieval, esta muy bien conservada para esta época. ─ Alagó con una sonrisa Daira depuse de darle un trago al chocolate ─. Luego caminare por la plaza central, y si tengo suerte, intentare ver si las visitas a palacio están abiertas, dicen que es sumamente difícil poder ver los elegantes pasillos y las obras de arte, ya que solo abren las puertas unas veces al mes.

DÉJÀ VU ━ marcus vulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora