━XIV. Hermanos.

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La respiración de Daira se corto a la vez que la voz grave y sera de Aro sonaba tras su espalda

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La respiración de Daira se corto a la vez que la voz grave y sera de Aro sonaba tras su espalda. No era la sorpresa de encontrarlo ahí lo que logró esa reacción en ella, sino que el tono gélido y frío causo una reacción terrible en su mente.

Ere el mismo tono que Didyme había oído de los labios de su hermano antes de morir.

No supo como reaccionar. No sabia si quiera si sentía miedo o simplemente no sentía nada. Algo dentro de ella sabía que eso ocurriría, que algo malo iba a pasar, que Aro no era un inocente cordero como había imaginado en principio. Todo había parecido tan fácil, tan irreal... tan utópico.

Daira suspiro, y con la poca fuerza que podía recaudar, se giró y observo los ojos escarlata de Aro, quien se encontraba impone ante su presencia. Ambos se miraron en silencio, y por primera vez, la castaña se dio cuenta de la similitud en sus rostros, o por lo menos, la similitud que podría haber.

Aro le sonrió, volviendo a adoptar la postura infantil que tantas veces Heidi le había descrito, la misma que extrañamente aparecía cuando se encontraban juntos. Aro se había comportado como un hombre nostálgico y sincero en sus reuniones, casi la trataba como si se fuera a romper. Ahora, esa cercanía y actitud tenían más sentido, dado que Daira era el rostro de su hermana asesinada por sus propias manos.

─ Bienvenida al mundo de los vivos nuevamente. ─ Dijo Aro, caminado suavemente por la habitación oscura de Marcus. ─ Me preguntaba cuanto tiempo durarías sin recordar nada.

─ Poco, viendo que tu has impulsados las memorias. ─ Contesto Daira, quien a diferencia de Aro, se había quedado quieta en su lugar, agarrando con fuerza la pluma.

─ Pero las prisas tienen una sencilla explicación, claro esta. Yo no actuó sin antes pensar.

─ Así que me imagino que tu afecto hacía mí ha sido una total mentira.

─ En eso te equivocas, Didyme-

─ Daira, Aro, soy Daira. ─ Interrumpió con calma la castaña. ─ Didyme soy yo, pero yo no soy Didyme. Mientras que ella forma parte de mi esencia, yo tengo una propia.

DÉJÀ VU ━ marcus vulturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora