cinco ; vancouver (1/2)

183 17 37
                                    

NARRA ARIEN

El bosque de Canadá era una maldita trampa. Cuando paseabas por allí con tus amigos de preparatoria parecía el lugar ideal para hacer picnics, tirarse en el pasto, fotografiar los árboles e investigar en busca de algún pequeño lago oculto que sirviera de excusa para que tus amigas se quitaran la ropa para nadar.

Pero todo en la vida es un arma de doble filo e inesperadamente, cuando el sol se va el cuento de hadas comienza a oscurecer, y el mismo lugar donde almorzaste con tus amigos iniciando una guerra de comida parecía un escenario donde filmar una película de terror, y digo filmar porque soy generoso.

Devon caminaba a paso rápido, esquivando los troncos y golpeando la pequeña radio que llevaba en su mano para hacer señal con los demás.

Si, la salida de amigos acabó en un total fracaso.

Los seis nos habíamos decidido por investigar. Nuestra normal adolescencia se vió interrumpida por acciones involuntarias parecidas a posesiones y como somos tan "inteligentes" y hablo con sarcasmo, decidimos investigar por nuestra cuenta en lugar de pedir ayuda.

Hablamos en nuestras casas de que nos tomaríamos un fin de semana de campamento para variar de nuestras actividades rutinarias y de la escuela. Como bien dije a la luz de sol no parecía mas que otra de nuestras tantas y agradables aventuras, pero cuando la noche caía sobre el bosque, entonces toda clase de cosas comenzó a pasar, iniciando porque nos separamos sin tener ni idea de como.

Había una razón por la cual las pistas nos guiaban a este sitio.

Hace un momento Charlotte y Layra hablaban como loros, Sophie las seguía rodando los ojos porque la moda no era su tópico favorito para conversar, Corey cargaba casi todos los bolsos por perder una tonta apuesta y Devon se acercaba sigilosamente a mí para mencionar en susurros que el busto de Charlotte, o Charlie como nos gustaba decirle, había crecido en los últimos meses, asentía sin realmente prestar mucha atención, si supiera lo que yo sentía por ella no estaría hablando de la misma como si se tratara de una estrella porno.

En realidad toda la situación era muy normal, pero en el momento que desvié mi mirada al rostro de Devon, para exigirle que bajara un poco la voz, ya que sus comentarios se estaban volviendo algo notorios, entonces todos el grupo de amigos calló a la vez, y ambos miramos al frente buscando la razón de tal silencio. Bueno, menuda sorpresa, ninguno de los cuatro, ni Sophie, Layra, Corey y mucho menos Charlie, el centro de nuestra conversación, se encontraba frente a nosotros, ni quiera a los alrededores.

Parecía que se habían esfumado en un parpadeo. Devon y yo insistimos en voz alta que la broma no era graciosa, pero seguían sin aparecer, y nosotros seguimos avanzando por el bosque en su búsqueda, intentando localizar su radio, intentando no entrar en pánico.

-Demonios, no entiendo que pasó, estaban aquí. -Devon golpeó la radio con mucha más molestia que las otras veces- no pudieron solo desaparecer.

-Eso nos sucede por no prestarles atención.

-Estábamos hablando, Ari, no quieras deslizar la culpa hacia mis comentarios, solo entablaba una conversación.

Bufé de manera exagerada, quería que lo notara.

-Te dije que no me llames Ari, suena a nombre de niña. Y si, es tu maldita culpa por hablar del busto de Charlie como si fuera una modelo, es nuestra amiga por amor de dios.

-Claro, claro, en mi opinión Ari te queda ideal, solo una niñita pediría que una conversación de senos acabara.

-Eres de lo que no hay Devon.

PAUSADA | Afterglow (Ross Lynch & Gavin Leathergood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora