Capítulo 38

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Entré al auto y fijé mi vista a la nada. Sentí la mano de Yessa colocarse en mi rodilla

-Tranquila __, todo estará bien- me consoló

-Estoy tan harta de tener sentimientos- susurré, recostándome en el asiento cerrando mis ojos con fuerza, evitando dejar caer alguna que otra lágrima

-Es mi culpa, debí retenerte- agregó, sintiéndose culpable

-Oh, claro que no- rápidamente agregué, tomando su mano –No es tu culpa, nada lo es, eres la mejor amiga del mundo- le sonreí sincera, ella también me sonrió.

Estuvimos allí como por unas dos horas, era totalmente frustrante. No podía soportar el hecho de que Michael sólo estaba a unos metros de mí, tampoco podía aceptar el hecho de que él no volvió por mí. ¿Qué estaba mal conmigo? ¿En qué estaba pensando? Yo no signifiqué nada para él, sólo soy una más de su larga lista -solté una risa amarga- yo realmente era una idiota.

Después de pasar prácticamente 2 horas de calvario, decidimos irnos cada una a nuestras casas y olvidar la fiesta. Yessa me había llevado a la mía y nos habíamos despedido con un abrazo y un “hablamos mañana”.

Cuando estaba buscando mis llaves, una figura salió del costado de mi casa. Me giré rápidamente asustada, pero mi corazón comenzó a latir más rápido al ver a Michael a escasos metros de mí. Llevaba unos jeans negros ajustados, y una campera con capucha que le cubría el cabello y parte de la cara, sus ojos me miraban fijos y ante ellos yo no podía moverme.

Se acercó a mí con paso decidido y cuando estuvo lo suficientemente cerca, dirigió una de sus manos atrás de mi nuca y pegó mis labios a los suyos, enredando sus dedos con mis cabellos, intensificando el beso. ¿Le respondí? Claro que lo hice, lleve mis manos a su cuello, atrayéndolo más si eso era posible. Olvidé todas las consecuencias posibles que esto me traería después y me dejé llevar, besándolo como nunca antes pensé hacerlo.

-Me estas matando- susurró sobre mis labios y casi me derrito ante sus palabras

Pero de repente, mi subconsciente me jugó una mala pasada trayendo a mi mente escenas de Michael y Nicole juntos. Rápidamente abrí los ojos y lo empujé por el pecho.

Michael me miraba asustado, con la respiración agitada y los labios rojos e hinchados. Y de repente, me vinieron ganas de llorar. Rápidamente bajé mi vista y sentí el cálido rastro de las lágrimas que se deslizaban por mis mejillas.

Michael se acercó a mí pero yo rápidamente retrocedí. Lo escuché lanzar un suspiro frustrado. Se llevó las manos a su cabello, tomándolo en puños. Parecía bastante desesperado.

-Yo… yo no sé qué tengo que hacer- espetó, frotando sus manos por su cara.

-Irte… - susurré, con la voz frágil. Un sollozo se me escapó y reuní toda la valentía que me quedaba para elevar mi vista y observarlo.

-No te quiero perder- exclamó con los ojos rojos, estaba casi segura de que podía ver sus ojos cristalizados. Oh por Dios, esto era una tortura para mí.

Michael's groupie? | mgcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora