Capítulo II

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El final del verano llegó demasiado rápido. Durante todo este tiempo vi a mi hermana huir de Harry, y de vez en cuando tenía algún cambio de color a azul oscuro, cuando estaba triste por todo lo que ocurría en mi mente. Llegó el 1 de septiembre y nos despertamos muy temprano, íbamos todos de un lado para otro buscando nuestras cosas, yo me cambié inmediatamente para no entrar en pijama a mi habitación donde estaban Ron y Harry.

Cogí unas cuantas cosas y me retiré de allí rápidamente. Me di cuenta que me faltaban varias cosas por coger de la habitación, así que decidí bajar el baúl directamente y empezar a guardar mis cosas ahí dentro. Los chicos aún estaban algo cansados y no se levantaban de la cama, así que se me ocurrió una idea genial. Cogí una de las bengalas del doctor Filibuster de Fred y George que les había robado y la encendí ahí mismo haciéndolos sobresaltar y asustarse. Me reí con ganas por la cara de Ron y el mega salto que pegó Harry cuando la primera explosión sonó.

Ron se levantó de la cama dispuesto a perseguirme, pero no me dejaría atrapar tan fácil, me transformé en lechuza y salí por la ventana rápidamente donde sabía que él no podía alcanzarme. Cuando dejó de querer seguirme volví a la habitación riéndome muy fuerte aún.

—Lo siento estaba a huevo —les dije casi sin aire.

Escuché a mis hermanos mayores venir a ver que pasaba, Fred y George aparecieron en el umbral de la puerta.

—¡Hey! ¡Así que ahí estaba nuestra bengala faltante! —Dijo George.

—Has hecho bien hermana —dijo Fred.

Mi gemelo y su amigo miraban a Fred y George con enfado mientras los tres nos reíamos de ellos y salíamos de la habitación cogiendo nuestros baúles. Mi madre empezó a gritarnos como loca diciendo que perdíamos el tiempo. Cuando terminó, mis hermanos terminaron de empacar sus baúles y yo llevé el mío al coche para que papá lo cargara.

Una vez estuvimos todos listos salimos rápidamente, ya no nos quedaba mucho tiempo para llegar a King's Cross. Papá había arrancado ya el coche pero George gritó que se olvidó su caja de bengalas del doctor Filibuster. Unos minutos después cuando George ya tenía su caja Fred dijo que se olvidó su escoba. Y luego cuando estábamos en la autopista Ginny gritó que se olvidó su diario. ¿Desde cuándo Ginny tenía diario?

Luego cuando ya estábamos por salir mi padre miró a mi madre suplicando que le dejase utilizar las geniales acciones del coche volador.

—Querida...

—No Arthur, ni hablar.

—Pero nadie se daría cuenta.

—No, ahora vamos.

Fuimos rápidamente hacia King's Cross y al llegar nos metimos rápido por la barrera. Del otro lado estaba el tren brillante como siempre, miré la hora, el tren salía en tres minutos así que entré y busqué un compartimiento vacío. Dánae se fue con sus amigas y yo busqué algún sitio donde no hubiese nadie para poder pensar.

No encontré ningún sitio vacío, así que me senté en un compartimiento donde unos niños de primero iban hablando, se notaba que eran pequeños y que eran de primero por las cosas de las que hablaban.

—¿Qué casa crees que te toque? —Dijo la niña.

—No lo sé, pero espero que no me toque en Hufflepuff, dicen que ahí van los raritos —dijo el chico arrastrando las palabras.

—A mi me encantaría pertenecer a Hufflepuff, pero odiaría que me tocase en Slytherin —dijo la chica mirando al niño agradablemente.

Dejé de escuchar la conversación, aún que noté cierto parecido entre el niño y mi mejor amiga lo dejé estar. Me tumbé en el asiento, poco a poco fui cerrando los ojos y vi a Hogwarts frente a mí en mis sueños.

[Confesiones | Draco Malfoy ] || La cámara secreta #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora