VI

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Medea se encontraba en su habitación del hotel con la vista fija en el paisaje nocturno que le brindaba la ciudad analizando la una y otra vez la información que su sicario le había dado esa tarde, ahora que conocía la existencia de ese muchacho tendría que planear muy bien su próximo movimiento.

De repente su fiel guardaespaldas y mano derecha entró a la habitación provocando que la mujer saliera de su burbuja de pensamientos.

- Pareces estar muy pensativa, ¿sucede algo? – dijo el mayor al ver que posiblemente había entrado en un momento poco oportuno, puesto que a ella le molestaba cuando no le dejaban pensar tranquilamente.

- Solamente pensaba mi próxima jugada, mi querido Ionia – le contestó tranquila – tal parece que tendrás que comenzar a creer un poco en Death Mask – esta vez la burla se hizo presente en su voz.

- ¿A qué te refieres? – le contesto un poco molesto – sabes perfectamente que no confío en ese crio, se puede notar en su mirada que nos odia a todos, en especial a ti.

- Eso lo tengo muy presente querido – le dijo despreocupada – pero, aunque nos odie, él sabe perfectamente que no puede hacer nada en contra nuestra, es lo que más me fascina de que trabaje para mí, el saber que tiene presente ese odio por haber matado a sus padres y hacer de él una simple máquina que sigue mis órdenes es algo que sin duda me hace sumamente feliz.

- A pesar de tantos años a tu lado sigo sin comprenderte del todo Medea, siento que todo lo que le has hecho pasar a ese crio es parte de una venganza hacia otra persona – le dijo confundido por la manera en la que se había expresado del de cabellos azules.

- En parte tienes razón, tal vez solo quiero venganza, pero ¿Cómo puedes vengarte de alguien que ya está muerto? – preguntó mirándolo seriamente, aunque no dejo que el otro le contestara – ese crio como tú lo llamas, está pagando las consecuencias de algo que su madre me hizo hace muchos años, espero que se esté retorciendo en el infierno al ver en lo que he convertido a su querido hijo, mjmjjajaja – comenzó a reírse de forma macabra que hizo preguntarse al hombre que es lo que aquella mujer le había hecho para que Medea la odiara tanto – bueno, será mejor que no hablemos más de cosas del pasado, al fin y al cabo, los muertos no pueden regresar del mas allá – le dijo una vez que dejo de reír.

Después de eso, la peli verde le comenzó a contar su próximos planes con la nueva información que su preciado "zafiro mortal" le había dado, también le dijo que se contactara con Fudo para que tuviera todo preparado, ya solamente faltaba el momento indicado para actuar, pero para eso ella tendría que ganarse la confianza de cierto empresario y cuando menos se lo espere, lo sacará de su camino.





Al día siguiente, en las afueras del templo...

El joven rubio se encontraba en el mismo lugar en el que conoció a aquel agradable chico, se preguntaba si cumpliría su promesa de ir a verlo ese día, no es como si estuviera cien por ciento seguro de que el de piel morena fuese a cumplirle pero tenía la esperanza en que de verdad hubiese encontrado a un nuevo amigo.

Con esos pensamientos en mente no se percató de que alguien llegaba hasta donde él se encontraba, no fue hasta que se alarmó cuando alguien lo abrazó por atrás cubriéndole los ojos con una mano mientras sentía que algo se posicionaba enfrente suyo.

Iba a gritar cuando su vista fue descubierta dejándole ver un hermoso ramo de flores al frente suyo, inmediatamente giró su cabeza encontrándose con aquella hermosa sonrisa que tanto le había cautivado el día anterior.

- Lo siento, ¿te asuste? – le preguntó una vez que se separaron.

- Un poco – admitió – por un momento creí que me estaban secuestrando – le confesó – pero ahora que lo pienso, un secuestrador debería haberme tapado la boca para no gritar y no los ojos jeje.

¿TURISTA O ACOSADOR? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora