Trampa

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Levi estaba terriblemente preocupado, aunque pretendiera no estarlo. No entendía lo que le ocurría a su compañero. Era como si estuviese ido y quería hacer algo que lo pudiese ayudar, pero tras meditarlo detenidamente, no había nada que pudiese hacer, aunque lo hubiese intentado.

Pensó que con la llegada de su hijo tras su ausencia lo recompondría, pues creía que en parte, su estado era debido a ello, pero se equivocó. No era por el pequeño, entonces llegó a la conclusión de que se trataba de una mujer, y aquello solo hizo que se deprimiera aún más. Pero no, no podía permitirse aquello, se golpeó los cachetes y tomó una decisión.

- Supongo... Que es tiempo de terminar con este amor sin futuro...

Aquella noche, Eren regresaba agotado al hogar, pero no era un cansancio físico lo que sentía, sino mental y sobretodo emocional

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Aquella noche, Eren regresaba agotado al hogar, pero no era un cansancio físico lo que sentía, sino mental y sobretodo emocional. Cada día, que veía a Levi con un chico lo tenia claro, pues era como si este le declaraba que no sentía nada por el castaño, y aquello lo destruía por dentro.

Estuvo agradecido que Armin estaba en un campamento, pues así no vería el estado deplorable en el que se encontraba su padre, ya que ni siquiera era capaz de fingir correctamente una sonrisa. Se imaginaba lo que se encontraría en el hogar, y sinceramente no deseaba llegar, pero no tenia otro lugar al cual acudir. Apenas cruzó la puerta, Levi lo fue a recibir.

- No tenías que venir a recibirme... - evitaba mirarlo a los ojos, y aunque este lo notase, le pidió que le acompañase, pues lo estaban esperando para cenar - ¿Estábamos? ¿A que te refieres? - se lamentó de haber preguntado, pues al entrar al salón se encontró con el mismo tipo que venia regularmente. Este le sonrió dándole la bienvenida, y Eren no pudo evitar hacer la mismo, por mera cortesía, pues ahora mismo deseaba cavar un hoyo y enterrarse - G-Gracias, p-por esperarme... yo... iré a cambiarme... - prácticamente huyó, pues no soportó tener que ver como ambos hombres se besaban.

Se puso una playera blanca un pantalón negro vaquero. No quería parecer el único que estuviese en pijama, aún si no iba de gala, al menos que estuviese presentable.

Realmente aquella cena se le hacia una eternidad, un infierno mejor dicho, pues era como si el tiempo se hubiera detenido. Apenas probaba bocado, pues se le había cerrado el estómago, y lo peor es, que ellos tampoco avanzaban en sus comida, pues el hombre no paraba de empalagoso con el azabache ,y eso comenzaba a enfurecer al castaño, sobretodo cuando no hacía mas que tocarle y sostener su mano a cada minuto. Eren pensaba que lo estaba haciendo a propósito.

- ¿Ocurre algo Eren? - preguntó Levi ante el rostro del chico, que ni él supo descifrar, pero logró preocupar al azabache - Apenas has tocado la comida, y te ves extraño... ¿Te sientes mal? - tu eres el me hace sentir así idiota pensó, pues no se atrevía a confesarlo. Después de todo, su amigo estaba en lo cierto, se había enamorado del hombre, pero ahora ya era demasiado tarde.

- No nada... - sonrió fingidamente - Es el trabajo, que es muy agotador... - desvió la mirada.

Para evitar tener que soportar más esa escena, se retiró a la cocina para limpiar lo usado, pues sabía que aunque intentase dormir, no lo lograría. Escasos quince minutos después, tuvo que salir del lugar, pues Levi se despedía de él, ya que, tenia la intención de marchar. Algo en el interior del castaño quiso detenerlo, y confesarle lo que sentía, pero fue algo momentáneo, pues se acobardó - No, no es nada... diviértete... - sonrió, aunque en el fondo estaba roto, y lo único que podía hacer era lamentarse. Ahora comprendía al azabache a la perfección, y ya era demasiado tarde. Ya lo había perdido.

Aquella mirada de desolación y tristeza, pese a la sonrisa que hizo, no pasó desapercibida para Levi, y en el fondo de su corazón quería regresar, pero no podía, sino todo lo hecho se iría al retrete. Había tomado una decisión, no podía y no quería retractarse, pero tampoco borrar de su mente aquella mirada y expresión. El más bajo pensaba que realmente Eren era alguien odioso, pues todo lo que había conseguido, logró deshacerlo con facilidad ,y lo que había enterrado, lo sacó a relucir con mas intensidad.

Se odiaba así mismo por no poder pasar página, por ser incapaz de olvidar todos los momentos felices que han compartido, y sobretodo, no poder evitar querer estar a su lado en esos momentos.

Poco después, Eren marchó del lugar y comenzó a pasear por los alrededores. No podía sacarse de la cabeza todo lo ocurrido recientemente, y ni siquiera era capaz de dormir correctamente.

Vio un parque cercano y recordó que cerca de ahí había una zona de picnic. Se acercó a una de las mesas y se sentó, pensando una y otra vez en lo estúpido que había sido, y no hizo más que golpearse en la cabeza una y otra vez contra la mesa.

Ya todo estaba perdido...

Un amor sin futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora