ENCAJE

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Vuelvo a sentir en mis manos el delgado hilo

negro con encaje que cubre tus rizos,

ensortijando mis dedos con timidez al filo

de la oscuridad que cubre nuestro piso;

tus risas y susurros me invitan a buscarte,

a recorrer libremente tus morenos y firmes

pilares, donde escondo mis besos libres

de cualquier tabú ajeno que quiera callarme;

mis dientes toman la orilla del encaje transparente

halándolo con ternura hacia mi cuerpo,

admirando cada palmo y en tu epicentro

esa agua de vida que emana de tu fuente;

el silencio aparece de pronto en la habitación,

mis dedos se mojan entre tus labios

mientras dejas escapar quejidos varios

que se convierten en un canto y una oración.

Desde Marrakech Donde viven las historias. Descúbrelo ahora