El verano era una de mis estaciones favoritas. Significaba vacaciones, amores en el sol y aventuras a media noche. Y aunque me encantaba todo eso, había algo que no podía aguantar, el calor por las noches. No importaba si tenía el aire acondicionado en su máxima potencia, el calor siempre lograba desesperarme en las noches.
Hasta cierto punto a altas horas de la madrugada, empezaba a refrescar lo suficiente para conciliar unas cuantas horas de sueño. Pero mientras eso pasaba, el insomnio se convertía en mi mejor amigo.
Claro que cuando había fiestas en la playa, el calor era lo de menos. Pero eso no quería decir que fuera todas las noches. Me la pasaba bien y era divertido bailar con todos, aunque no era mi típico escenario.
Tenía 17 años y la mayor parte del tiempo me dedicaba a leer. Igual si no podía conciliar el sueño, podía llenarme de altas expectativas románticas. Eran demasiados momentos que mi mente imaginaba, que daban ganas de tener un novio solo para recrearlas. Pongamosle énfasis en que solo para eso lo quiero, no me sentía lista para una relación.
Eran las 11 de la noche cuando mi teléfono empezó a sonar. Usualmente no contestaba porque solo las personas psicóticas llamaban a esa hora, pero era verano. Y en algún lugar de California podrían estar mis amigos demasiado alcoholizados para manejar.
Lo cual significaba que tendría que ir a traerlos y llevarlos a mi casa para que sus papás no los mataran. Seguía sin entender cuál era la gana de las personas de beber alcohol, honestamente ni sabía rico, pero igual a gustos hay colores ¿cierto?
Pero no era una llamada de mis amigos, eran mensajes de Cole. En este momento es donde les repito que no quiero una relación, pero con Cole era algo distinto. No eramos novios, pero cuando necesitábamos algo siempre nos teníamos el uno al otro para hacerlo.
Demasiadas bromas se hacían a nuestra costa cada vez que nos miraban juntos, pero de cierta manera terminaba siendo gracioso. Nuestros amigos tenían demasiada ilusión en que fueramos algo que era adorable. Nos habíamos besado y habíamos salido en algunas ocasiones, pero todo terminaba siendo algo platónico.
Sus mensajes pedían una respuesta inmediata a una propuesta peligrosa. Queria que fueramos a nadar ¿Quién demonios va a nadar a las 11 de la noche? Tenía que estar bromeando. A pesar de que había demasiado calor, las piscinas habían cerrado hace mucho tiempo. No encontraríamos ninguna piscina abierta a esta hora y Cole no tenía una en su casa cómo para que pudiéramos ir.
Podríamos usar la mía, si no fuera tan tarde y mis papás no estuvieran en casa. Así que si quería ir a nadar, tendría que confiar en el plan de Cole. Y no es que no confiara en él, pero había demasiados problemas con su nombre que hasta mis padres tenían sus dudas. Por otro lado era mejor que estar en mi cuarto viendo las horas pasar y el que no arriesga no gana.
Toda esta idea de ir a nadar en la noche era porque al parecer un pajarito le había dicho que no había podido dormir. Iba a matar a mis amigos por contarle. Podíamos tener tantos problemas, si mis padres se daban cuenta que me había escapado. ¿Estaría tomando la mejor decisión? Todavía lo estaba pensando.
El sonido de una bocina me indicaba que Cole estaba aquí. Intenté ser lo más cuidadosa posible y escabullirme por la puerta trasera. Ese había sido nuestro lugar de escapadas desde que tenía memoria. Siempre que queríamos ir a alguna fiesta o simplemente pasar el rato, él esperaba una cuadra antes de mi casa y yo salía por la puerta trasera.
Tantos recuerdos teníamos en ese lugar, que era difícil de contar las veces que nos habíamos escapado. Momentos en los que a veces solo necesitábamos salir de la realidad que teníamos. Me sorprendía la manera en la que Cole actuaba en algunas ocasiones.
ESTÁS LEYENDO
Historias de amor para corazones desesperados
RomanceHablemos sobre el amor ¿Conoces ese sentimiento? Ya sabes, el que te agarra cuando estás viendo una película super romántica. Suspiras y dices "Quiero un novio" O cuando estás en instagram/Tiktok y te aparecen videos de parejas bailando en la lluv...