→Capítulo XXI

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 Abrí la ventana y cuando estuvo dentro de mi habitación, lo abracé.

-¿Estas bien?

No dije nada, sólo negué con la cabeza y lloré en su hombro.

-Pero ¿Qué paso?

-Louis... Me engañaba con Eleanor -susurré a su oído.

-Oh por Dios... Lo siento mucho.

-No tienes porque... En algún momento todo saldría a la luz.

Me aferré más a él y lloré más y más.

-No se cómo coño te pudo hacer eso... Tu eres una chica magnífica como para que venga un maldito y te use...

-Gracias Liam, siempre sabes que decir.

Nos sentamos en la cama y empezamos a hablar de todas las cosas que nos habían pasado en vacaciones. Yo termine llorando como una Magdalena, era muy duro para mi.

-No llores más Emma, por favor.

-Lo siento...

-Ven, más bien duerme que te hace falta.

-Vale, pero acompáñame... No me dejes sola.

-Pero no quiero que tus papas lleguen y me griten o cosas por el estilo.

-Mis papas no vendrán hasta el 3 y mi hermana está con Edward, llegará tarde.

-Wow... Jamás pensé que esta casa estaría sola.

-Pues... No lo esta, estamos aquí -reí.

-Boba, me refiero a que tus padres no estuvieran.

-Ah... Es casi normal -sonreí.

-Me gusta verte sonreír -acaricio mi mejilla.

Lo miré a los ojos y le dediqué otra sonrisa dulce y sincera.

Él por su parte no paraba de sonreír y de mirar mis labios. Se acercaba cada vez más y más, me ponía nerviosa.

Tenía sus labios a milímetros de los míos, la tentación de lanzarme a ellos era grande. Cuando estaba a punto de juntarlos, sonó mi celular.

Me alejé de él y suspiré hondo, una oportunidad se había ido.

-¿Hola? -dije al contestar.

-Hola Emma ¿qué tal? -respondieron al otro lado de la línea.

-Hola Scarlett ¿qué pasó?

-Te quería decir que hoy no iré a casa, me quedaré en la casa de Ed y pues... Eso.

-Oh vale.

-Por fa dile a mama.

-No está. Recuerda que no vuelven hasta el 3.

-Oh es cierto... Bueno pues nada, era sólo eso -rió.

-Vale. Adiós.

-Adiós.

Colgamos y volví a Liam.

-Bueno, ahora si estamos solos -reí.

-¿Tu hermana no viene?

-No, se queda en la casa de Edward.

-Ah pues que bien -sonrió.

Nos quedamos hablando y recordando cosas idiotas que habíamos hecho años pasados.

-Por Dios, ya son las 4 am -dije al ver el reloj.

-Wow, el tiempo pasa muy rápido -dijo sonriendo.

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