→Capítulo XXXVII

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  -Ay maldita sea -dijo esa voz grave y rasgada que aún me enloquecía.

Algo buscaba o algo le pasaba, sonaba molesto. Volvió a salir de la habitación y volví a abrir mis ojos. Me dolía la cabeza, pero recordaba todo lo que había pasado.

A los pocos momentos Liam se despertó.

-Hola -dijo perezoso y sonrió.

-Hola Liam -sonreí.

-¿Hace mucho estas despierta?

-No, sólo desde hace poco.

-Ah...

Estiró los brazos y bostezó. Su abdomen desnudo me llamaba, pero me limité a desviar la vista hacia la pared. Lo odiaba ¿por me tentaba?

-¿Quieres algo de comer?

-Por favor.

Se levantó de la cama después de besar mi mejilla y se puso un camisa y un pantalón. Yo me fui como estaba, porque no me había puesto la pijama el día anterior. Fuimos a la cafetería y pedimos unos wafles con chocolate, estaba delicioso.

Al acabar cada uno volvió a sus respectivas habitaciones. Al entrar a la mía, estaba hecha un desorden.

Eli no estaba, sólo estaba Dani durmiendo con un chico al cual no reconocí; no quería imaginarme que había pasado allí.

Me metí a bañarme. Me demoré mucho. Había cosas que quería que el agua se llevará de mi cabeza, pero no era posible borrar las imágenes de Harry besando a Melanie. Hubo un momento en el que las lágrimas se confundían con el agua que caía por mi cara. Cerré la llave, suspiré, cogí la toalla y me sequé. Me puse la ropa interior y luego envolví la toalla por mi cuerpo. Abrí la puerta, estaba dispuesta a salir y vi a Josh sin nada.

-¡Mierda! -grité.

Él se sobresaltó y se tapó con las manos. Me volví a encerrar en el baño y grité:

-¡Ponte algo joder!

-Ya.

Salí de allí y Josh entró. Me dio un escalofrío y fui al armario.

-Hola Emma -dijo Danielle mientras buscaba que ponerme-, ¿dónde estabas anoche?

-En la fiesta.

-Si, si te vi. Me refiero a después de la pelea.

-Ah, dejamos a Zayn en la enfermería y luego me quedé con Liam en su habitación.

-Ah... ¿Harry no duerme también ahí?

-Si ¿por?

-Ah, es que vino anoche preguntando por ti.

-¿Por mi?

-Si...

-Oh... Pues lo busco más tarde. Gracias.

-Aja.

Cogí un pantalón negro entubado y una vamos blanca manga larga. Me vestí y luego me puse unos converses de cuadros rosados y blancos. Me quité la toalla del pelo y me peiné.

-Saldré -sonreí.

-Vale, que estés bien.

-Gracias, adiós.

-Adiós.

Salí de allí y bajé. Caminé hasta el campo de fútbol y me senté en el pasto. Duré allí más de dos horas tratando de saber para que me necesitaba y también tratando de borrar esa maldita imagen de mi cabeza.

Empezó a oscurecer y volví a mi habitación. Estaba desganada. Entré y Eli gritó

-¿Que paso? -pregunté.

-Emma, por fin llegas

-¿Que paso? -repetí mi pregunta.

-Tengo que contarte algo.

-Pues... Dime.

-Louis y yo... Estamos saliendo -dijo emocionada y sonriente.

-¿En serio?

-Si.

-Oh que hermosos -sonreí.

-Espero no te importe.

-No, para nada. Como te dije sólo somos amigos.

-Oh cierto.

-Joder que feliz estoy por ti -la abracé.

Me contó lo que lo que había pasado en la fiesta y como Louis le había declarado su amor.

-Louis es todo un romántico -dije graciosa.

-Lo se -sonrió. Estaba súper emocionada. Me daba ternura.

-Eli creo que dormiré.

-Vale. Hasta mañana -besó mi mejilla.

-Hasta mañana.

Me puse la pijama y me acosté. A los pocos minutos de acostarme, tocaron la puerta. Eli abrió.

-Oh, hola Harry.

-Hola, ¿Esta Emma?

-Si, pero esta durmiendo.

-Mierda... Vale. Mañana cuando se despierte ¿le puedes decir que vine?

-Claro.

-Vale. Hasta mañana.

-Adiós -cerró la puerta.

Después de eso, quede profunda. Amaneció rápidamente y el lunes volvió a aparecer.

Me levanté, me bañé y luego me vestí. Cogí los libros necesarios y antes de salir Eli me dijo:

-Por cierto, Harry vino anoche.

-¿Que dijo?

-Nada, que te dijera que había venido.

-Ah bueno. Luego lo busco, gracias.

-Vale.

-Adiós.

-Adiós.

Salí de allí, bajé por el ascensor y fui a la clase. No tenía ninguna de las dos primeras clases con Harry, sólo la tercera.

-Emma ¿puedo hablar contigo? -me dijo apenas se acabó la clase.

-Si, dime.

-Aquí no -cogió mi muñeca y me llevó hasta su habitación.

-Dime.

-Mmm... -suspiró-. ¿Por qué nunca me dijiste que yo te gustaba? -me miró directo a los ojos.

Quedé en una especie de shock. ¿Quien le había dicho eso?

They don't know about usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora