Quedé en shock al ver quien era.
-Oh, Harry. Perdóname.
-No tienes por que. Fue mi culpa también por no tocar rápido -río.
-Bueno, si tu lo dices -sonreí.
-¿Puedo pasar?
-Amm... Si, claro que si -sonreí.
Harry pasó y cerré la puerta.
-¿Y a que se debe tu grata visita?
-Es que... Mi conciencia no me deja vivir...
-¿Qué paso?
-Te he mentido.
-¿De qué hablas? -pregunte confundida y a la vez temerosa.
-Pues... no fui a verme con Louis...
-¿Ah? -pregunte dudosa, aunque ya sabía de lo que hablaba.
-Pues que... no me vi con Louis... me vi con Ashley.
-*Ah, eso... me duele, pero a la vez me da igual* -pensé- ah... -no sabía que más decir.
-Por favor no te enfades.
-No me enfado -sonreí.
-¿En serio?
-Si. Pero ¿por qué tu conciencia no te dejaba vivir?
-Porque me sentía un mentiroso.
-Ay, que tierno.
-Por eso es que eres mi mejor amiga, porque siempre entiendes -me abrazo-. Te quiero mucho.
Mi corazón explotó por latir tan rápido, eso jamás me lo había susurrado al oído de esa forma que me hacia enloquecer y estremecer. Hice que las palabras salieran y dije:
-Yo a ti.
Se separó de mi y sonrió ampliamente, dejando ver sus dientes y sus hermosos hoyuelos.
-Bueno y para eso venía. No te quito más de tu valioso tiempo.
-Tu nunca me quitas tiempo Harold -sonreí.
-Claro que lo hago. Ahorita salías hacia no se dónde. De la prisa me dejaste con un dolor en el pecho -hizo pucheros y se tocó el lugar donde lo había "lastimado".
-No exageres, ni que fuera la chica con súper fuerza.
-Hablo en serio -hizo cara de dolor.
-Ow... perdóname, no era mi intención -lo abracé.
-Ilusa -me susurró al oído gracioso después de abrazarme.
-Joder... -me separé de él.
-Era molestando, por favor... no te enfades...
-Dame razones -crucé los brazos para parecer brava, pero por dentro moría de risa.
-Ammm... somos mejores amigos y los mejores amigos se hacen bromas...
-Mm... no, no me convence... -seguí con mi tono serio.
-Ammm... No lo se... porque somos mejores amigos por siempre -sonrió.
-Mmm... no, tampoco.
Chasqueó los dedos y miro hacia una de las paredes.
-No se... igual si quieres ponerte brava por una cosa insignificante, vale... pero... -se acercó peligrosamente a mi- No creo que resistas esto -me miro fijo a los ojos.
No entendía de que hablaba, ¿a qué se refería con eso? Hasta qué de pronto, siento sus dedos en mi abdomen. Me iba a hacer cosquillas.
Empece a reír como loca y a tratar de soltarme de su agarre. Pero me era imposible.
ESTÁS LEYENDO
They don't know about us
Romansa"La canción iba casi en su recta final cuando él hizo que lo mirara a los ojos. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa; luego juntó su frente con la mía y miró mis labios. Cogió mi mejilla y se acercó lentamente a mi. Miré también sus labios y de un...