He pasado las últimas horas pegado al ordenador, rogando que la tortura de editar un solo vídeo termine pronto. <<Patético>>. Las raíces de lo que una vez fueron mis pies crecen con su abono predilecto: el afilado resonar de un teclado.
Vuelvo a levantarme de la silla para ir ha beber un delicioso y reconfortante té de limón. Al regresar de la cocina y pasar por una manta de lanilla, mis ojos divisan en la pantalla una notificación.<<Raúl Leima>>.
—¿Pero qué cojones?
Tomo asiento acomodando la tela sobre mis piernas. Y despliego el mensaje:
“¿¡Hola, Dalas?!
La cuenta dice que es oficial, pero ya sabes. ¡Disculpa, no me enrollo más!
Varios del instituto estamos organizando una reunión. Sí gustas estás invitado, aunque la mayoría dijo: ¡no quiero ver su cara de mierda!
Seguro es por ser famoso, ¿o quizás por tu reciente polémica?, ¡quién coño sabe!
Por cierto, hace poco me enteré del accidente de tu novia. Y como soy un tío empático, quiero decirte que lo….”
El mensaje continuaba lleno de chorradas, tal como un testamento. Por lo que terminé bloqueando al subnormal.
—Hijo de puta.
Abandono el estudio para ir directo a la recámara, dónde lanzo todas las prendas del armario en busca de una chaqueta. Y antes de salir, tacho con marcador rojo la última hoja del calendario.
—25 de diciembre, año 2027.
Sin tener en mente a dónde quiero ir, monto el coche y prendo el motor.
Por la ventana, como aquel día, ráfagas frías de aire enrojecen la punta de mi nariz. Y los susurros liberados por sus temblorosos labios, siguen condenando mi mente. <<¿Estás seguro, cariño?>> insertó las angustiosas flechas en mi pecho. Pero, de no ser por la fugaz expresión en su rostro, jamás hubiese imaginado encontrar la verdadera respuesta. <<Hoy más que nunca>> soplé, meciendo sus dudas.
—¡Esto no lo tiene ni Obama! —exclamo, leyendo el precio de las zanahorias—. Me lo llevo…
Finalmente decidí aplazar la horrorosa soledad que me espera, visitando el supermercado.
Cargo la canasta de verduras mientras camino entre los pasillos con olor a desinfectante. Hasta que la conversación de unos chavales capta mi atención.
—Te lo digo de verdad, su canal se fué a la mierda cuando dejó de subir tops.
—No digas estupideces, Rob, después de eso continúo subiendo vídeos variados. En lo personal a mi me encantó, ¡sobre todo el de la teoría de la tierra plana!.
—Tienes razón, ese es muy bueno —dice, el terraplanista de turno—. Es una pena no volverlo a ver…
—¿De que hablas, Rob?
—Te dices fan de Dross y no has visto su último vídeo —reprocha, sacando el celular de su bolsillo—. Hoy anunció su retiro permanente.
Cojo un puerro y me acerco al estante junto a ellos, presionando los dedos en la canasta <<¡¿Hizo qué?!>>.
—¡No!
—Era de esperarse, Mat. Aunque admito que el venir de vacaciones a Barcelona me sorprendió.
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.—¿Aquí…? —digo, saliendo del edificio.
Llegando a casa estaciono el coche y meto las compras en el congelador, para después irme a dormir con las articulaciones hechas polvo.
—Lizy...
La luz de media noche ilumina mi rostro agotado, mientras pienso en los pequeños-grandes detalles que me recuerdan su ausencia: la ropa apilada en los cajones y el maquillaje perfectamente ordenado en nuestro aparador. Pero sobre todo, los libros de Dross que guardo con recelo.
—¡Los libros!
Me levanto quitándome las sábanas para correr descalzo hacia el armario. Abro las puertas y busco dentro del compartimiento secreto. <<¡Aquí está!>>.
—¡Dross, contesta, por favor! —susurro, marcando el número anotado en el reverso de su libro, “Luna de Plutón”.
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💚Se mí Pambisito💚 (DalasxDross)[Completa]
FanficTras una colaboración sus sentimientos comienzan a surgir. Pero, consecuencia de la distancia y un tercero, el más joven optó por alejarse. Más de una década después, al llegar el retiro de Dross, varios sucesos pondrán a prueba su silencio y negaci...