𝑹𝒆𝒇𝒍𝒆𝒙𝒊𝒐́𝒏.

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1 año después.

Hace un año decidí hacer un viaje con la persona que menos esperaba que apareciera en mi vida, hace un año decidí aventurarme, ¿por qué no hacerlo?, en esta vida se tienen que tomar riesgos, el mundo es de valientes, ¿cómo iba a dejar de Meike se fuese sola?, ella me conquistó desde el primer minuto en que la vi, no necesite conocerla más allá de una simple mirada, pues en ese mismo instante mi alma conecto con la suya y me di cuenta que no debía separarme de ella.

Hoy está más que claro que nunca me separare de ella, pues la necesito para vivir.

En este año nuestra relación que recién comenzaba se fortaleció, la vi ser fuerte, la vi caer y levantarse una y otra vez, estuvo a punto de rendirse pero no se detuvo por que ambos sabíamos que necesitábamos encontrarnos a nosotros mismos.

Cuando comenzamos esto sentimos muchas cosas, miedo, nervios por no saber que era lo que iba a pasar, a pesar de ser solo un año el que viajaríamos, la adrenalina y el miedo no abandonó nunca nuestros cuerpos, nos preparamos con todo, pero en especial, nos preparamos mentalmente, aún así nos llevamos demasiadas sorpresas, tanto del exterior cómo de nosotros mismos, pues no sabíamos cuanto valor había dentro de nosotros.

Hubo días buenos, días tristes, malos, dolorosos y frustrantes, pero nos teníamos el uno al otro y además teníamos a alguien más por quién ver, alguien, que a pesar de ser tan sólo un cachorro nos hacía sentir queridos y cuidados.

Ambos caímos, nos lastimamos, lloramos y nos cansamos, pero disfrutamos del viaje así cómo estar en compañía uno del otro.

Meike casi se rinde y siendo sincero yo también quise rendirme, pero lo que hice fué sujetar su mano y sonreírle, le hice saber que no la dejaría caer, que ella estaba segura siempre que estuviera conmigo.

Este viaje es una de las mejores cosas que nos pudo haber pasado y aunque necesitamos más de un año para conocer mucho más de este maravilloso e increíble mundo, lo disfrutamos por el simple hecho de que uno estaba al lado del otro.

Nos llevamos muchas, demasiadas cicatrices para recordar esta gran aventura, una aventura que tal vez nunca se vuelva a repetir, pero que ambos quisiéramos que se repitiese.

Hoy puedo decir que Meike es la mujer que la vida debió poner en mi camino, ella es mi alma gemela, mi mejor amiga, mi todo, y hacer este viaje me permitió adentrarme en su mundo, ese mundo tan maravilloso del que nunca quiero salir, un mundo en el que me siento en casa, en el que me siento cálido, seguro y amado, ¿y cuál ha sido mi sorpresa?, que ella opina lo mismo de mi.

Regresamos más enamorados que nunca, regresamos con el alma limpia, transparente y alegre, nos conocimos el uno al otro mejor de lo que me imagine.

Meike fué esa luz que me iluminó cuando ya no podía ver nada, cuando estaba cansado y quería rendirme, y yo traté de serlo también para ella, en todo momento sujete su mano para hacerle saber que yo estaba, estoy y estaré ahí con ella.

Ahora me doy cuenta que Meike se convirtió en una parte fundamental de mi vida, ¿pero qué digo?, ella se convirtió en mi vida entera, mi alma está pegada a la suya y nuestros corazones están unidos.

No quiero a otra persona que no sea Meike, mi dulce Meike, la luz de mis mañanas, mi aire puro y limpio, mi extasis, mi droga más adictiva, la que me consuela por las noches la que me abraza y me hace volver a la vida, la que le da ese sentido que mi vida necesita.

Meike lo es todo.

«🍁🍁🍁»

-Oli —menciona Mei sosteniendo a Zeus en sus brazos— ¿ya vienes a dormir?.
—sonrio observando a Mei tan tierna— claro —me acerco a ella y acaricio a Zeus de la cabeza.
-No lo hagas, recuerda que...

Para cuando ella está diciendo eso, uno de mis dedos ya se encuentra siendo masticado por el pequeño felino.

-Tu nunca cambiarás —rio.

Caminamos hasta la habitación de Mei, ella pone a Zeus en el suelo y ambos nos recostamos en la cama.

-¿Cuando le avisaras a los chicos que regresamos? —me pregunta mirándome fijamente.
-No lo sé tranquila, sólo han pasado dos días —acaricio su mejilla— les diré cuando sea correcto, aún extraño estar ahí afuera.
-Lo sé —suspira— me acostumbré, siento como si apenas hubiésemos regresado hoy.
—rio— fué grandioso, sin duda un gran año.
-¿Lo haremos de nuevo?.
-Claro que si, lo haremos miles de veces más —le sonrio.
-Te amo tanto —dice acariciando mi rostro.
-Y yo a ti —respondo besando sus delicados labios.

Nos acomodamos para dormir, me dejo envolver por su dulce aroma, recordando las noches en las que sólo dormimos en el suelo rodeados de la naturaleza, con miedo y felicidad a la vez.

«🍁🍁🍁»

-¿Qué tal les fué?  —nos pregunta Till abrazandonos a ambos.
-Muy bien —dice Mei emocionada.
-¡Hey! —dice tocando el rostro de Mei.
-Pronto sanarán —digo riendo.
-¿Se golpearon entre los dos o que? —pregunta Till riendo.
-Amigo, siempre tienes que fijarte que hay delante de ti —respondo riendo.
-Y nunca tienes que meterte en tus pensamientos cuando pedaleas—menciona Mei.

Todos reímos, durante el viaje de regreso ambos tuvimos una caída, y fué una de las más duras, pero al final reimos, como siempre.

-¿Y bien...? —pregunta Till— ¿qué más pasó?.

Sonrio pensando en todo lo bueno y todo lo malo que pasamos, las risas, las lágrimas, las peleas.

-Till, creeme que no terminaríamos de contártelo en un sólo día —responde Mei.
-¿Enserio? —responde él— oigan nisiquiera cumplieron el año.
-¿Qué? —pregunto confundido.
-Hoy hace un año que se fueron.
-¡Oye! —menciona Mei sonriendome— Hoy...
—interrumpo— cumplimos un año de ser novios.
-¡Si! —me abraza emocionada.
-¿Novios? —pregunta Till.
-Justo el día en que nos fuimos, Oli me pidió que fuese su novia —responde Mei.
-Pues hay que celebrar —dice Till— ¿qué opinan?.
-¿Tú que opinas Mei? —le pregunto sonriendo.
-Perfecto —sonrie muy feliz.
-Bien —menciona Till sonriendo— los espero hoy aquí.
-Nos tenemos que ir —le digo a Till despiniendome de él.
-¿Tan pronto?.
-Si —menciona Mei— iremos a comprar cosas para Oli por qué no tiene nada.
-¿Cómo? —pregunta Till— ¿no vivirán juntos ya?.

Mei y yo nos observamos el uno al otro.

-¿Es enserio? —pregunta Till— por todo un año durmieron juntos, convivieron los dos, pasaron demasiadas cosas, ¿y me están diciendo que aún no vivirán juntos?.
-Bueno... es que...
—Till me interrumpe— ya deberían dar ese paso, ¿qué más hace falta?, ambos se conocen muy bien, vamos.
-No sería una mala idea —menciona Mei.
-¡¿Enserio?! —menciono emocionado— ¿Tú y yo juntos?.
-¿Por qué no? —me dice sonriendo.
-Bien —dice Till abrazandonos— ahora la pregunta es... ¿En dónde vivirán?.

Los tres nos miramos entre nosotros y reímos.

-Pues... —digo pensando— lo mejor será que nos des tu casa —digo dirigiéndome a Till.
-¡¿Qué?! —pregunta asustado.
-Tú dices que vivamos juntos ya, pues entonces danos tu casa —digo riendo.
-Si, vivan juntos, pero hablo que en tu casa Oliver, o en la de Meike.

Los tres reímos, ¿vivir juntos?, no es una mala idea, Meike y yo ya deberíamos dar otro gran paso en nuestra relación.

Mónica Danfel.

𝙏𝙀 𝘼𝙈𝘼𝙍𝙀 𝙀𝙉 𝙇𝘼 𝙑𝙄𝘿𝘼 𝙔 𝙀𝙉 𝙇𝘼 𝙈𝙐𝙀𝙍𝙏𝙀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora