25

167 24 32
                                    

La semana transcurrió más lento de lo que hubiera deseado, pero ya estaba en el bus, preparado para viajar a su casa. Sintió un poco de alivio al saber que el asiento de su lado estaba vacío, ya que siempre le solía tocar un viejo verde o una mujer con un bebé. Se puso la capucha de la sudadera y los auriculares para relajarse porque iba a ser un trayecto un poco largo.
El móvil vibró en su bolsillo, era su madre.

- Hola. - respondió bajito.

- ¿Ya estás en el bus, cierto? - "Yo también te quiero mama." - Asegúrate de no olvidarte nada de tu equipaje.

- Si, lo sé. Seré cuidadoso.

- ¿Dentro de cuánto saldrá el bus?

- Todavía no ha arrancado, pero llegaré a las seis de la mañana si todo sale como lo previsto.

- Ok, llámame cuando llegues.

- Hecho, buenas noches.

- Buenas noches.

Y colgó.

Se recostó contra su sitio suspirando. La semana estaba siendo agotadora, probablemente esta semana iba a ser la más dura de su vida y no estaba mentalmente preparado para ello

- Tu madre parece una persona agradable.

Minghao casi chilla del susto. En un impulso reflejo echó todo su cuerpo hacia atrás, haciendo que su cabeza se golpeara contra el cristal de la ventana. Miró a su lado y ahí estaba Jun, sentado en en el asiento libre tranquilamente.

El castaño se puso tan pálido que por un momento el vampiro se pensó que le había matado de la impresión. Se puso a abanicarle para que le llegase un poco de oxígeno al cerebro.

Minghao sacudió su cabeza y frotó sus ojos para confirmar que no estaba en un sueño. Antes de perder la compostura le preguntó.

- ¿Qué haces aquí?

- Viajar, ¿de qué te extrañas?

Minghao trató de reunir toda la paciencia posible.

- Voy a volver a preguntar, ¿QUÉ haces AQUÍ?

Ahí el vampiro pareció entender.

- Okay, okay. El día en el que fuiste a la sala de profesores te seguí y escuché lo que hablabas con el profesor.

- ¿Me espiaste? - dijo casi gritando.

Los demás pasajeros curiosearon en su conversación.

- Baja la voz... Quizás si te espié... - cruzó los brazos sobre su pecho. - No me mires así, últimamente andabas raro y me preocupé.

- ¿Preocuparte? Ni siquiera me conoces, no sabes cómo soy en realidad. - gruñó. - Me traicionaste una vez y probablemente lo volverás a hacer. ¿Acaso no entiendes todos los problemas en los que me has metido?

- Auch, no te pases. Yo también tengo sentimientos. - respondió con fingida ofensa.

El sonido de la fricción del viento contra el autobús le irritaba.

- Perfecto, ahora estoy de viaje al lado de un asesino con complejo de desmembrador. ¿Que podría ser mejor? - se volteó hacia Jun y casi se atraganta.

Sus iris ahora estaban teñidos de carmesí, no movió ni un músculo. Mentiría si dijera que no estaba asustado. Petrificado ante la situación solo supo voltearse hacia la ventana y no volver a mirar al vampiro.
¿Qué rayos le pasaba? ¿Acaso hirió su orgullo?
El motor del bus arrancó y emprendieron el viaje. Minghao no tenía la voluntad para girarse y mirar a su compañero; no entendía la razón por la cual un ser tan patético como Junhui fuera así de escalofriante. Muy amigable en el exterior pero en un chasquido te podría arrancar un brazo. Se arrepintió de haber abierto la boca.
En vez de concentrarse en sus problemas se centró en el paisaje que iba perdiendo luces según se alejaba de la ciudad, solo veía negro.
Se paró a pensar, ¿de qué le tendría que dar miedo? Él podría ser poderoso también, después de todo no era humano al cien por ciento... Ugh, a quien quería engañar. No se atrevía a darse la vuelta, sentía la mirada del vampiro abrasando su espalda.

Lost in the daylight [Junhao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora