⸸3⸸ Una historia oculta

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—Holita Adriel —exclama Saya sentándose a mi lado en la cafetería—, ¿como está mi profe particular?

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—Holita Adriel —exclama Saya sentándose a mi lado en la cafetería—, ¿como está mi profe particular?

Llevábamos dos días de clase y en esos dos días me había sentado solo en la cafetería. Y estaba más que acostumbrado a que en mi antiguo instituto solo me sentaba con mi prima, y pocas ocasiones Rory se sentaba con nosotros.

Miré a todos lados extrañado de que se sentara aquí y pensé que estaba hablando con otra persona.

—¿Por qué me miras tan raro? —pregunto ella cogiendo una uva de mi bolsa y llevándosela a la boca.

Seguí sus movimientos muy confundido.

—Perdona —dijo de repente—. ¿Eres de esos a los que no les gusta que toquen su comida?

—¿Por qué te sientas conmigo? —pregunto.

Ella hace una mueca confusa.

—¿Porque puedo? —replicó extrañada.

—Es que se me hace raro que alguien se siente conmigo —alguien que no sea mi prima o Rory.

No me considero rarito pero si pienso que para la gente lo soy o por lo menos debo parecerlo, aunque la mayoría no se acercaba por mi pasado ya que había salido en las noticias y la mayoría se conocían parte de la historia y me miraban con pena y otros con miedo por la cantidad de rumores que circulan sobre mi.

—¿Tienes algo contagioso? —niego extrañado—. ¿Intentarás morderme o comerme viva? —niego de nuevo aún más confundido—. ¿Tienes alguna colección secreta de sellos que querrás que vea?

—No —respondo totalmente desconcertado.

Ella se ríe.

—Entonces no tienes nada malo para no poder sentarme contigo.

Me la quedo mirando mientras me roba más uvas y saca sus libros y hojas de la mochila.

En la mesa de Rory puedo verle que mira en mi dirección y me sonríe. Paula a su lado también alza la mano para saludar pero la ignoro volviendo a la chica a mi lado que empieza a preguntarme cosas sobre matemáticas.

—¿Tan rarito te consideras que no quieres a nadie cerca? —apoya la cabeza en su mano y me mira atenta.

—No —repito—. Es que no estoy acostumbrado a tener compañía.

—Pues empieza a acostumbrarte —me responde centrándose de nuevo en sus deberes.

Respiro hondo. La chica parece simpática pero las personas que se toman confianza tan deprisa me ponen nervioso aunque increíblemente la compañía de Saya no me resulta tan molesta, sino al contrario me siento cómodo.

Al otro lado de la cafetería en una mesa que queda en mi línea de visión noto la mirada de una persona sobre mí y al mirar me encuentro a los gemelos albinos con el apellido Norwood. La chica, Freya, tiene la mirada clavada sobre mi, mientras que su hermano sigue con la cabeza hacia abajo concentrado en el libro que está leyendo.

Secretos Tenebrosos [Secretos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora