Secretos Tenebrosos [Secretos #2]

⸸5⸸ El cajón de los secretos

R

ecuerdos.

Los recuerdos estaban brotando de nuevo. Lo que creí enterrado volvía a resucitar después de tantos años. Las horribles sensaciones me estaban consumiendo y las imagines me desquiciaban y desequilibraban mi mente.

Abrí los ojos sentandome de golpe en la cama, estaba bañado en sudor y los recuerdos del sueño frescos en mi memoria.

Me llevé las manos a la cabeza tirando de mi pelo húmedo tratando de normalizar mi respiración. Apoyé los codos en las rodillas y clavé la mirada en la nada cuando la puerta se abrió despacio y la luz se encendió. Sabía que era Rory y por eso no me moví y lo dejé acercarse. Lo conocía bien y él me conocía, además de todo lo que mi prima le contó, sabe como actuar conmigo.

No se acercó demasiado y tampoco me tocó, solo llegó a mi lado.

Miró el desastre que había montado en la habitación. Había roto la sabana que cubría el colchón y las sábanas estaban en el suelo igual que las almohadas, no era la primera vez que me pasaba. Miré despacio hacia los lados y vi la lámpara rota en el suelo junto a la almohada. Lo más seguro era que ese ruido había despertado a Rory y me sentía culpable por haberlo hecho y que tuviera que estar pendiente de mí como una responsabilidad que no debería cargar.

Se agachó a recoger la almohada del suelo dejándola detrás de mí.

—¿Que te parece si te das una ducha mientras te preparo un té?

Asentí lentamente ya calmandome y él salió de la habitación dejando la puerta abierta.

Me metí en el baño que estaba justo enfrente de mi habitación y tiré la ropa en el cesto de la ropa sucia antes de meterme bajo el grifo de agua caliente, me gustaba muy caliente porque mi cuerpo estaba helado. Tardé un buen rato en salir ya que por mucho que intentaba poner la mente en blanco no funcionaba.

Salí con la toalla en la cintura y entré en mi habitación que volvía a estar de nuevo como antes. La lámpara rota ya no estaba, había sábanas limpias en mi cama y todo estaba en su sitio.

Me vestí y bajé las escaleras descalzo hacia la cocina donde Rory estaba sirviendo el agua caliente en dos tazas. Dejó una delante de mí junto al azucarero y la caja donde tenía todos los tés. Cogí la bolsita de manzanilla, mientras que él cogió una de té de menta y vainilla, y la sumergí en el agua sin atreverme a mirarlo.

Removí el agua con la cuchara y observé el humo del vapor salir de la taza verde con rayas.

—Gracias por arreglar la habitación —murmuré haciendo una mueca.

Alcé un poco la mirada he hizo un gesto restándole importancia.

—Siento que tengas que... —comencé a decir cuando sentí su mano en mi brazo.