Secretos Tenebrosos [Secretos #2]

⸸6⸸ Borrando recuerdos

Despierto notando algo sobre mi cara y algo sobre mi estómago que me impide respirar con normalidad. Abro los ojos y me encuentro la mano de Saya sobre mi cara, igual que su pierna está sobre mi vientre. Está boca arriba roncando suavemente babeando mi almohada con el pelo revuelto en su cara.

Gruño apartando la mano pero sé mueve y la vuelve a poner sobre mí. Intento apartar también su pierna pero se resiste haciendo fuerza.

—Saya —le muevo para despertarla pero parece profundamente dormida—. Saya, despierta.

Ella farfulla algo inentendible pero no despierta.

—Saya —me quejo zarandeándola más.

—Déjame dormir, Adri.

—Pues quita tu mano de mi cara y tu pierna de mi estómago —replico—. Y no me llames Adri.

Por fin se aparta y respiro con normalidad mirándola encogerse en su sitio y tirar de la sabana hacia ella.

—Perdona —murmura—. ¿Que horas es?

Miro hacia mi derecha donde está el reloj sobre la mesilla de noche.

—Son las nueve.

—Duerme más y no me molestes hasta más tarde —hunde la cabeza en la almohada y me río cuando se le empieza a caer la baba por la comisura del labio.

No soy de los que se despiertan temprano muy a menudo pero una vez me desvelo luego soy incapaz de dormir de nuevo pero aún así cierro los ojos y trato de conciliar el sueño unos minutos.

—¡Adriel! —despierto cuando Rory me llama, igual que Saya que se frota el ojo bostezando—. ¡Adriel baja!

Miro a Saya que también se levanta de la cama igual que yo.

—Espero que Rory no haya desayunado ya, me encanta como cocina y me muero de hambre —bromea y salgo rápido de la habitación pensando en que querrá Rory.

Llego abajo y noto que está en el salón y me llevo una sorpresa al ver que no está solo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto a la chica que se levanta del sofá y me mira rabiosa.

—¿Que qué hago aquí? ¿Te atreves a preguntar qué hago aquí? —me reclama furiosa—. No contestas mis llamadas ni mis mensajes, ¿que querías que hiciera?

—No tenias que venir hasta aquí -—gruño cabreandome—. No soy un niño para que me controles a todas horas.

—Pues te comportas como un niño y yo tengo que venir preocupada por ti porque no haces caso de lo que se te dice.

Me llevo las manos a la cabeza y me tiro del pelo cabreado.

En ese momento siento a Saya aparecer por detrás y los ojos de la chica delante de mí se posan sobre ella mirándola de arriba abajo antes de clavarse en mí aún más furiosa. Al momento sé que pasa por su cabeza en cuanto ve a mi amiga con mi camiseta, bajando de mi habitación y yo solo con pantalones del pijama.