One-Shots [ Drarry/Harco ]

Enemies to lovers

—¡Expelliarmus!

—¡Crucio!

—Teddy, llévate a James y a Albus. Busca ayuda. — sostuvo a su ahijado por los hombros. Luego le señaló una dirección —. Vayan por allá, yo les voy a dar tiempo para que escapen. Solo corran, no se detengan por mí, ¿está bien?

—Pero, Harry... no te quiero dejar solo.

—¡Flipendo! — atacó Potter —. ¡Llévatelos, Teddy! Sácalos de aquí, rápido. No voy a retenerlos por mucho tiempo.

El pequeño Lupin miró con lágrimas a su padrino, no quería dejarlo. Tomó a James y a Albus de la mano y se los llevó de ahí como pudo. Albus lloraba desconsoladamente por su padre y James intentaba calmarlo.

Al llegar a la zona concurrida del Callejón Diagon, Teddy miraba desesperadamente a los lados, buscando a alguien que pareciera confiable.

—Hey, niño, ¿estás perdido? — un hombre con un porte muy elegante le sostenía por el hombro. Y venía con un niño detrás.

—Mi, mi padrino está en peligro, le están atacando en unas calles más atrás — dijo Teddy aceleradamente —. Necesita ayuda.

El hombre pareció pensárselo por unos segundos.

—Muéstrame dónde es — sacó su varita.

Teddy, agarrando a James y Albus, corrió hasta el lugar dónde Harry peleaba, guiando al hombre.

El rubio pareció analizar la situación por algunos segundos, incluso reconoció a Potter como la persona que se estaba defendiendo y dedujo que los pequeños eran sus hijos o sobrinos. Malfoy decidió que lo mejor sería que los niños no estuvieran cerca de la pelea.

—Escúchame bien. Llévatelos a Sortilegios Weasley ¿Crees poder llegar hasta allá?

—Sí.

—Está bien, ahora corre. Yo iré a ayudarlo. — Draco le dió una mirada de seguridad.

—¿Papá? — dudó su hijo.

—Scorpius, ve con ellos. Luego voy por ti — le dió un rápido abrazo —. Te quiero, hijo.

El pequeño Malfoy asintió con un puchero.

Teddy no esperó ni un minuto más y se llevó con él a James, Albus y al pequeño rubio. A penas se fueron, Malfoy corrió acercándose a Potter para apoyarlo.

—¡Incendio! — atacó.

—¿Malfoy?

—Potter, parece que necesitas una mano — lo miró de reojo —. ¡Expelliarmus!

Harry intentó sonreír, el hechizo diffindo había dado en sus piernas, causándole cortes profundos. El dolor que sentía era insoportable, pero debía continuar hasta tener a los criminales.

—¡Crucio!

—Potter, cuidado, a tu izquierda — le advirtió Malfoy.

—Ascendio.

Harry sentía que no podía más. Sus piernas ardían; esperaba en cualquier momento desmoronarse. Pero poco a poco, entre ambos los iban acabando; ya quedaban menos con los que pelear.

—¡Expulso! — Malfoy sonrió con suficiencia al ver cómo el último hombre se golpeaba contra una pared.

—¿Malfoy? — susurró Harry, intentaba mantener su equilibro.

—Ya pasó, Potter. Todos están muertos... o inconscientes. Vamos — le ofreció su mano.

—Mi-Mis piernas... — intentó hablar. Se sentía mareado e indefenso.