Debían actuar rápido.
Si no fuera por aquel mensaje, hubieran ido directo al matadero.
Aparentaban como si todo estuviera en orden. Suppasit le hacía leves señas al contrario para que sacara su pistola. Ambos siempre armados en casos de cualquier inconveniente como en el que estaban en ese instante.
Iban por una avenida no tan transitada a una velocidad considerable.
La idea de Mew era que Gulf le disparara en la cabeza al hombre, al estar el menor justo detrás del asiento del piloto.
No estaba planeado que el conductor se hubiera dado cuenta de que había sido descubierto antes de que pudieran hacer cualquier movimiento.
El chófer, aún manejando el Mercedes-Benz, sacó una revólver de alguna parte de su uniforme dispuesto a disparar. Pero fue mucho más rápido Gulf quien desenfundó, de la parte trasera de su pantalón, su pistola modelo Beretta disparando sin vacilaciones hacia el frente, la bala atravesando el cabezal del asiento y el cráneo del hombre quien como peso muerto chocó contra el volante, provocando que el vehículo aumentara su velocidad al tener el piel de éste presionando el acelerador. Antes de que la pareja pudiera hacer algo el vehículo descarrilado se dirigió directo a una barda de concreto.
-¡Mierda!- Supassit abrazó a Gulf para protegerlo. Ya que el impacto provocó un aparatoso accidente dejando al automóvil completamente volteado. Todo ocurrió en cuestión de segundos.
Un leve pitido era lo único que oía la pareja.
El accidente fue dramático, pero no letal. Ninguno de los dos presentaba heridas mortales.
-¿Estás bien?- Cuestionó levemente Mew, analizando fijamente a su esposo en busca de alguna lesión.
-Sí ¿Tú estás bien? Gracias por ser mi escudo.- Sonrió levemente el menor escaneando igualmente al contrario.
-Nada que no pueda manejar, hay que salir.- Algo tambaleantes, la pareja salió de la camioneta por una de las magulladas puertas, adoloridos por los golpes que recibieron durante la colisión.
Varias personas de los alrededores se empezaron a acercar, algunos con teléfono en mano posiblemente llamando a emergencias. ¿De dónde había salido tanta gente?
Hasta ese momento, no eran conscientes de que otro vehículo los había estado siguiendo.
Se estaban recuperando del aturdimiento cuando una furgoneta negra frenó de golpe.
-Esto no me gusta.- Dijo Mew viendo como bajaban tres hombres, cada uno con arma en mano, provocando el alboroto entre los civiles.
La pareja no se quedaría a averiguar lo que querían los contrarios. Estaba bastante claro que el objetivo era capturarlos para asesinarlos.
Gulf fue el que reaccionó más rápido, tomando del brazo a su esposo dispuesto a huir.
-¡Corre!- Gracias al tumulto de gente que se encontraba en la escena, la pareja pudo perderse entre la multitud, adentrándose entre calles totalmente desconocidas para ambos.
Quien quiera que estuviera detrás de todo eso, lo pensó muy bien al atacar fuera de su territorio.
Tenían poco tiempo antes de ser encontrados.
-Maldita sea, mi Beretta se quedó en la camioneta.- Dijo Gulf un tanto agitado.
Escondidos en un callejón, la pareja se detuvo para poder analizar su situación, la cual no era muy favorable.
-También se quedó mi celular. Dame el tuyo.- Pidió el mayor.
-Se rompió la pantalla.- Al sacarlo del bolsillo de su pantalón, el aparato estaba inservible.
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Reyes del Inframundo | Mewgulf
Fanfiction[Finalizada] Nadie podrá ocupar su lugar. Historia corta de acción, contenido adulto. Historia 100% propia.