Capítulo 4

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Para mi Jazz...

Todo el grupo se reunió en la pequeña sala para enfrentar el examen. Jimin y Taehyung repartieron con seriedad fingida los folios grapados, llamándoles la atención a los que armaban jaleo. Jungkook se echó a reír cuando vio las preguntas. Eran exactamente las mismas que al principio, así que las contestó en tres minutos y se los entregó a Taehyung.
-¿Ya? ¿Seguro? -preguntó con malicia.
Jungkook se inclinó sobre él y le dio un beso en la mejilla.
-¿No había hecho un buen examen inicial? Pues las respuestas son las mismas.
Ambos sabían que no tenía ningún fallo, pero al menos se había acercado a él y le había besado. Llevaba un perfume fresco y limpio, y su melena desordenada le había cosquilleado en la cara al acercarse. Se despidió sin esperar al resto: hacía de anfitrión y quería adecentar un poco la casa. Se verían allí sobre las dos o tres de la tarde, lo que tardaran en llegar después de acabar.
Jimin se iba con Yoongi, pero al menos tuvo el detalle de ofrecerle ir con ellos. <<Más le vale>>, pensó Taehyung un poco fastidiado por el abandono de su amigo en los últimos días. Llevaba acarreándolo de un lado al otro un mes, pero en cuanto conoció al bombero, desapareció del mapa. Era algo habitual en Jimin, ya estaba acostumbrado.
Llenaron el maletero del coche con soju chum churum, era el que más le gustaba a Jungkook, metieron los tuppers con brochetas de cordero que Taehyung había preparado la noche anterior y pusieron rumbo al centro de Busan.
Yoongi era un genio de los chistes obscenos y tuvo a Jimin y a Taehyung riendo a mandíbula batiente todo el camino. Tae observó a su amigo. Reía, lo miraba y se acariciaban el muslo el uno al otro sin esconderse. Qué rapidez. Lo alucinaba la facilidad con que Jimin se enamoraba y desenamoraba. Taehyung hacía poco que se había recuperado de su última ruptura, hacía ya unos meses; un compañero de especialidad con el que estuvo durante un año escaso. La relación se acabó por puro aburrimiento: guardias, pacientes, ambulancias, turnos, cursos... era de lo único que hablaban. Se juró que nunca más saldría con un médico. Un Policía podría ser un buen cambio. O un bombero, también.
Busan era precioso. Especialmente por sus playas, la de Gwangalli era de sus favoritas ya que tienen muchos bares y desde allí podían observar el moderno puente Diamond. La casa de Jungkook era un pequeño semiadosado en la esquina de una urbanización. La casa, con fachada de piedra y un bonito jardín, tenía también una piscina y un porche en la parte de atrás, donde ya se habían reunido casi todos los compañeros.
Jungkook los recibió en bañador y con soju en la mano. Intercambió un apretón de manos con ellos, pero con Tae intercambió además una mirada intimidante. De pronto, un enorme perro negro se acercó hasta ellos moviendo la cola. Parecía amistoso, pero Taehyung se aferró al brazo de Jungkook de manera instintiva. Percibió de nuevo ese aroma masculino, una mezcla de calor y perfume, que tanto le gustaba. Era su olor natural y era delicioso.
-No te preocupes, Tata es un buenazo -lo tranquilizó-. ¿Te dan miedo los perros? -preguntó pasando un brazo por su cintura con gesto protector.
-No. Pero me ha pillado por sorpresa -repuso Taehyung, en una verdad a medias. El perro era gigante. Elevó la cabeza como buscando una caricia, y Taehyung le rascó detrás de las orejas.
-¡Le gustas! -exclamó con una sonrisa. Taehyung sonrío a su vez. Le encantaba tener a jungkook tan cerca. Su mano seguía posada en su cintura y lo sujetaba con firmeza-. Mira, ahí viene la dueña.
Hoseok se acercó hasta ellos acompañado de una chica espectacular. Taehyung tuvo que hacer un esfuerzo para no mirarla fijamente. Tenía pelo oscuro, piel de un dorado oscuro y unos ojos demasiado claros, que parecían un poco perdidos. No. Perdidos no. La chica era ciega. Tardó un par de segundos en darse cuenta.
-Taehyung, esta es Haneul -dijo Jungkook, sacándolo de su trance-. Es la novia de Hobi.
Taehyung se sintió un poco torpe, pero optó por apoyar las manos en los hombros de Haneul y darle dos besos. La sonrisa con la que le correspondió lo dejó impresionado.
-Encantado, Haneul. ¡Hola Hoseok! -saludó al bombero. Hacían una pareja preciosa. Hoseok era bastante alto, y como buen bombero, tenía un cuerpo bien definido, pelo teñido de color cobrizo y unos ojos cálidos de color miel. Llevaba a Haneul de la mano como si fuera un tesoro. ¿Cuál sería su historia?
-Has conquistado a Tata -dijo ella, con voz dulce-. Eso no es nada fácil. Es mi perro guía, ¡Y le encanta venir a Busan! Gracias por dejarme traerlo, Jungkook -añadió, tendiendo una mano que parecía ir sin rumbo. Jungkook la agarró y la atrajo hacia él, dándole un pequeño abrazo.
-Podéis venir cuando queráis. Ya lo sabes. Incluso sin este -dijo señalando con la barbilla a Hoseok.
-No seas acaparador- Lo reprendió su compañero.
Jungkook se echó a reír. Tenía a Taehyung a su derecha y a Haneul a su izquierda, agarrados por la cintura.
-Jungkook, a su estilo. Como siempre -dijo Yoongi, con un tono divertido-. Venga, ayudarme a descargar el coche.
Vaya con Jungkook. Así que su <<estilo>> era ir a dos manos. Sin saber por qué Taehyung se molestó con el inocente comentario.
Dejaron las cosas en la cocina y se unieron al resto en el jardín. Jimin lo retuvo un momento del brazo, le dio un codazo y le lanzó una sonrisa juguetona.
-Mira tú, cómo te arrimabas a Jungkook. ¡Y parecía tonto! Está bueno, ¿eh?
Él lo ignoró, chasqueando la lengua con fastidio, pero su amigo escondió una sonrisa al ver que se ponía rojo como un camión de bomberos.

ARDIENDO (adaptación VkookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora