Era el día más importante para todas las razas de la tierra, sean humanos, Yokai, demonios, ángeles... cualquiera perecerá si el grupo DxD no lograba ganar.
Quedaban solo unas horas para la llegada al lugar que reveló Euclid e Issei estaba tranquilo.
Sea lo que sea que pase cuando la batalla de inicio él no se arrepentía de nada de lo que había hecho y no cambiaría las cosas por nada en el mundo.
Mientras estaba meditando en el cuarto qué tenia en el barco mágico (cortesía de Odin) Le fay entró. Lucía avergonzada, algo un poco común en ella cuando ambos estaban solos.
- I-Ise... yo... crees que lo lograremos?
Estaba asustada, el pelirrojo pudo notarlo. La abrazó para reconfortarla y suavemente acaricio su cabello.
- No lo sé... Rizervin y su ejército son poderosos, pero se que haremos todo lo posible - El chico cerro los ojos disfrutando del calor de su novia.
- Y-Yo... no quiero morir sin antes haber... - Las últimas palabras murieron en un murmullo
- Sin antes haber hecho qué? - Pregunto confundido
Le fay no dijo nada. Ella solo salto sobre Issei y comenzó a besarlo de manera salvaje.
El pelirrojo no sabia como reaccionar así que solo se dejo llevar y permitió qué su novia le quitara la ropa
No sabían que poco a poco el resto de las chicas comenzaron a unirse a ellos dos, incluida Serafall para sorpresa del pelirrojo
Todos disfrutaron de su primera vez, sin saber si podrían vivir para repetir ese sentimiento.
Issei estaba enfrente del extenso ejército mestizo qué los respaldaba. Hombres y mujeres que probablemente darían la vida por defender a todas las razas. Buenas personas que probablemente morirán por culpa de los ideales de un loco desalmado y genocida.
A lo lejos pudo notar como las bestias y soldados de Rizervin ya habían comenzado a correr hacia ellos.
Él solo levanto su puño al aire, seguido de Valí y Celestia. Los tres cambiaron al Balance Breaker antes de gritar como si fuera un rugido
- ATAQUEN!!
Todos los soldados rugieron y comenzaron a volar o correr hacia sus enemigos. Tannin y algunos otros dragones batieron sus alas y emprendieron un vuelo majestuoso a la batalla mientras los celestiales se quedaron atrás.
Era parte de su plan, mientras las tropas luchaba ellos acumularían suficiente poder mágico con la ayuda de los magos de la retaguardia para realizar, posiblemente, la mayor locura qué a alguien se le haya ocurrido.
Rizervin vio como sus tropas estaban ganando terreno. Masacrando, devorando, quemando, vaporizando, lo que sea con tal de ganar.
Su padre le enseño qué no existía honor en la guerra, solo la supervivencia del más fuerte, y eso es lo que iba a demostrar ese día.
- Qué diablos! - - Gritó el albino al ver como una enorme columna de poder tricolor se elevaba sobre el campo de batalla.
Y algo que creyó no volver a ver apareció frente a sus ojos.
De los cuerpos de los portadores de las Sacred Gears dragoniacas salieron unas enormes zarpas entereas qué comenzaron a hacerse paso fuera de los cuerpos de los jóvenes.
Ellos aumentaron el poder gracias a unos Maximize de Issei y, soltando un glorioso rugido, las auras explotaron.
Los dragones celestiales volvieron a la vida. Cuerpos de cristal de poder puro con tenían sus almas en toda su majestuosa verdadera forma.
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Heavenly Dragons Of DxD
Fiksi PenggemarUna amenaza legendaria azotara al universo nuevamente y solo los dragones celestiales podrán juntar al mundo para vencerla. Observa la vida del infame Sekiryuutei que deberá afrontar su destino descubriendo los secretos de su existencia. (Los nombre...