Capítulo III

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Mini maratón 1/2

2 de Noviembre 1993

— Ya te dije que no quiero ir a esa fiesta, Letty —. Le dije por décima, en lo que va de semana lleva preguntándome si voy a ir a la dichosa fiesta de Calum.

Dicha fiesta iba a ser el fin semana pasado, pero lo corrieron para este fin semana. ¿Debido a qué? No lo sé y sinceramente me importa un rábano.

Cuando me invitaron y supe que Letty iría, me pregunté si debía ir con ella, pero luego se me quitaron las ganas, no conocía a nadie y no se si en ese momento Letty me deja sola, haciendo que me quede como venado en la ciudad.  

Ósea sola, perdida y desorientada.

— Vamos Ody, no me dejes ir sola —. Letty formó un puchero, que la hacía ver demasiado tierna, y me molestaba cuando lo hacía, porque sabía que no podía decirle que no, aparte de que usaba ese apodo, siempre para chantajearme.

Llevo tres semanas en este instituto y desde que nos conocimos Letty y yo, nos volvimos prácticamente inseparables. Era como si nos conociéramos desde siempre y me agradaba por demás su compañía.

Siento como si estuviésemos destinadas a conocernos y volvernos parte fundamental en la vida de la otra.

Es loco, ¿Verdad?.

Está bien, lo pensaré —. Dije entre un suspiro de derrota. — No te estoy diciendo si si o si no, solo lo pensaré y te aviso el viernes. ¿Okay?.

— Okidoki jefa —. Dice con una gran sonrisa, mientras que toma mi mano y nos apresuramos a llegar a nuestra primera clase, antes de que lleguemos tardes y no nos dejen entrar.

Llegamos justo a tiempo a la clase de física y nos fuimos a sentar a nuestra mesa.

Vimos nuestras clases como siempre, todas igual de aburrida, excepto Química y Física, que eran mis favoritas.

Nos encontramos en la cafetería, sentadas en la mesa un poco más apartada de las demás, para estar tranquila, cuando visualizo a Calum acercarse a nuestra mesa.

Calum de vez en cuando se sentaba con nosotras, a sacarnos conversación o simplemente para fastidiar. Al principio me molestaba, pero ya me da igual.

Total, no es un mal chico, es agradable hasta cierto punto.

— Hola guapas —. Nos saluda, apenas llega a la mesa y se sienta al lado de Letty, dejando su bandeja de comida encima de la mesa.

— ¿Qué hay fastidioso? —. Digo después de darle un sorbo a mi jugo.

— Llevo ya varias ocasiones que me siento con ustedes, pensé que ya me había ganado tu corazón. Me duele tu desprecio —. Finge que está dolido y se lleva una mano al pecho, para luego fingir un lamento.

— Esa fue su forma de tratarte "lindo" —. Dice Letty, dándole una palmada en la espalda.

—Es verdad, si te das cuenta, las primeras veces que te sentaste con nosotras, yo te veía con una cara de odio, que si las miradas matarán, ya tú estuvieses muerto desde hace rato. Pero ahora te veo con indiferencia y eso mi querido colega es un avance. Mira hasta te dije querido, así que no te quejes, si no quieres volver a ganar mi cara de odio.

—Fuertes declaraciones Dette, pero gracias por decirme querido, me halaga tus palabras colega —. Me guiña un ojo, mientras me sonríe y hace que ponga los ojos en blanco. —Y cuéntame Letty. ¿Cómo hiciste para ganaste el corazón de este cubito de hielo que tenemos como amiga?.

Los Misterios del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora