Capítulo V

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Leticia


1 de diciembre 1993

Me encuentro caminando por el bosque, viendo para todos lados, asegurando que nadie me siga. Cuando me siento segura de que nadie me sigue, dejo salir mis alas, para poder ir más rápido a mi destino.

Llego hasta el pequeño florar que tengo aquí y en medio de las flores, se encuentra un viejo árbol de cerezo -que ya no florece- en medio del bosque. Al estar frente del enorme árbol. Pongo mis manos en el tronco del viejo árbol, dejando que la magia fluya por mis manos y empiezo a crear un portal. Ya hecho el portal, volteo para ver si no hay nadie cerca y lo cruzo, haciendo que se cierre tras de mi.

Cuando termino de cruzar el dichoso portal, me sujeto de un árbol, dejándome caer suavemente hasta quedar sentada en el suelo, ya que el viaje me dejó marea y aturdida.

Nunca me voy a acostumbrar a estos malditos viajes por portales.

Gracias a mi vista periférica veo alguien acercándose con una botella de agua entre sus manos.

— Después de tantos viajes entre portales y sigues mareando como la primera vez —. Dice divertida Laurette, mientras me extiende la botella de agua. Cosa que recibo gustosamente, abriéndola y dando un largo trago de la misma. - por lo menos ya no vomitas, como las primeras veces.

— Cállate, Laurette —. Le digo, luego de beber la mitad del contenido de la botella.

Laurette es una amiga de la infancia y la única que tenía, antes que llegara la preciosa de Odette y cambiara eso. Lau es como mi hermana mayor, siempre cuidando de mi, quién me aconseja y regaña cuando lo merezco, pero siempre está ahí cuando la necesito, sin importar nada. Aparte que es un bombón, blanquita, pelo largo de color castaño, unos ojazos color ámbar con detalles verdes, alta, con unas hermosas alas color esmeralda y con un gran corazón y un tantito de mal carácter.

— Ven aquí enana —. Me extiende la mano, para ayudarme a levantar del suelo. Ya una vez de pie, me da un cálido abrazo, que respondo de inmediato.

— Te extrañé mucho Lau.

— Y yo a ti pequeña Ticy.

— Tengo tantas cosas que contarte —. Digo separándome de ella.

— Menos mal que tenemos tiempo —. Me agarra de la mano — vamos a casa, y por el camino me vas contando el porqué llevas más de un mes sin venir —. Y empezamos a caminar, para salir del bosque e ir a su casa.

Por el camino le voy contando todo lo ocurrido en este mes y medio. Desde el día que conocí a Odette, hasta lo que pasó entre nosotras en la fiesta de Calum, haces dos semanas.

— ¿Cómo se lo tomó tu familia?

— No les he contado nada todavía, y no se cuándo hacerlo —. Bajo la mirada, mientras juego con el anillo de amistad que me regaló Dette.

He pensado miles de formas para contarle a mi familia sobre mi orientación sexual y lo de Odette, pero siempre que me digo que lo voy a hacer, me arrepiento al final y termino llendo al pequeño florar.

— Sabes que cuentas con mi apoyo siempre, sin importar nada —. Pasa su brazo por mis hombros, acercándome a ella y dejándome un beso en la cabeza.

— Y te agradezco mucho eso —. Le digo con toda la sinceridad del mundo. — contigo a mi lado, se me hace más fácil aguantar al imbécil que tengo como padre.

— ¿Te ha vuelto a hacer algo?

— Afortunadamente no, ha estado en viaje de negocio desde hace tres semanas y no vuelve a hasta dentro de un mes más, así que estoy tranquila.

Los Misterios del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora