El día llegó, el baile de fin de curso. Todos estaban emocionados, ahora más que nunca, después de todo, era el fin de la secundaria, y de absolutamente toda la época escolar simple. Ahora el futuro se les venía encima, y por lo menos, planeaban pasarla bien antes de tener que tomar decisiones.
Niall se estaba duchando, mientras cantaba suavemente una melodía de Ed Sheeran, uno de sus cantautores favoritos. Tenía gran habilidad para el canto, pero no le gustaba cantar en público. Ni siquiera a ___ solía cantarle. Quizás hoy era el día, le cantaría, después de todo, el ambiente lo llevaría a hacer alguna locura por ella.
Mientras tanto ____ se arreglaba el cabello. Levantó la mirada, y decidió que tenía que lavarse la cara. Los rastros de llanto seguían allí. Suspiró, se mojó la cara y se secó con la toalla. Se puso otra vez frente al espejo, terminó de arreglarse el cabello, se sacó la bata, dejando ver su cuerpo semidesnudo en el espejo. Sonrió débilmente al ver una marca en su cuello, Niall se paso, tendría que ponerse maquillaje para que no se notase. Se maquilló bastante, borrando las ojeras y haciendo parecer que nada le sucedía. Se puso el vestido, Niall la miraría con cara de pervertido cuando la viese, estaba segura. Se puso los enormes tacones, y terminó los últimos detalles. Niall vendría por ella en quince minutos. Se dio una última mirada, se puso su pulsera favorita, aquella que Niall le dio. Y finalmente, bajó.
Su madre estaba allí, la observó de pies a cabeza y sonrió. Rob, sonrió también, aunque a ___ le dio miedo la sonrisa maléfica. Lo odiaba, no quería mirarlo a los ojos.
Niall tocó la bocina, mientras se borraba el beso de su madre de la mejilla. Bajó del auto, y se apoyó en él, luego nervioso, volteó a darse otra mirada. Se acomodó la corbata, que necesariamente tenía que ser negra, a petición de ____. Sonrió nervioso, entonces la puerta de la casa se abrió.
Si no fuese porque la mandíbula de Niall estaba adherida al resto de huesos de su cara, se abría caído. Estaba hermosa, no, más que eso, estaba jodidamente sexy y preciosa, el solo verla lo hacía pensar cosas indebidas. Tomó una bocanada de aire, y suspiró.
____ llevaba un apretado vestido negro, que dejaba un hombro totalmente al descubierto. Era corto, muy corto y dejaba ver sus largas piernas, usaba unos zapatos negros con un enorme tacón, su cabello estaba suelto en un bonito peinado, llevaba unos aros negros, en combinación al color de sus uñas y de su bolso. Sus ojos estaban maquillados perfectamente, sus gruesas pestañas enmarcaban sus ojos, más el delineador que le daba una mirada intensa. Sus mejillas levemente sonrojadas, y la mejor parte. Sus tentadores y gruesos labios que iban pintados rojos. Ella sonrió tímidamente, mientras Niall se la comía con la mirada.
-Estás… -no tenía palabras para describir lo perfecta que se veía -¡oh! No sé que decir.
-¿Estoy bien? –preguntó ella mordiéndose el labio y dando una pose sexy, ambos rieron. Niall evitó mirar sus labios demasiado.
-Estás… oh dios, jodidamente sexy y perfecta,cariño –dijo besando la frente de la chica. Le abrió la puerta del copiloto, y le dio la mano para que subiera. Ella sonrió coqueta. Niall saludó con la mano a la madre de _____ y a su novio. Subió y encendió el auto, tratando de no mirar mucho las descubiertas piernas de su novia. –Ponte el cinturón –susurró. Ella asintió y se lo puso. Niall manejó hasta el gran gimnasio perfectamente decorado de la secundaria. La ayudó a bajar, tomándole la mano. Ella le sonrió.
Entraron tomados de la mano, Niall sonreía con suficiencia. El lugar estaba maravilloso, parecía un local nocturno sofisticado, iluminado a la perfección. Era hermoso contemplarlo.
-¿Lista para una noche inolvidable? –preguntó Niall mientras la tomaba por la cintura.
-Claro que sí –dijo ella sonriéndole. Pasó sus brazos por el cuello de su novio –esta vez, sin interrupciones, serán nuestra noche –susurró ella coquetamente sobre sus labios. Le dio un suave beso.