-Jenn-
-¡Jenn!¿Vas a dejar de ser tan terca y escucharme?-Me pedía Amy irritada mientras caminábamos por el pasillo hacia nuestras próximas clases.
Desde que salimos de nuestra primera clase Amy ha tratado de sacar el tema sobre advertirme sobre el chico malo. Amy sabia que una vez que ponía algo en mente no iba a dar marcha atrás, así que básicamente era inútil seguir insistiendo.
--Amy, dejalo ya. Mi decisión esta tomada, solo son chicos que pasan por una fase de mala conducta, nada mas, ni siquiera son una amenaza.-Le decía mientras me paraba delante de mi taquilla para dejar los libros.
--¿Porque diablos estoy con una chica que es mas terca que un burro?-Dijo Amy golpeándose la cabeza con la taquilla.
--Bueno hemos estado juntas desde la guardería, así que no te puedes librar de mi tan fácilmente.
--Puedo contratar un asesino a sueldo para que me haga ese trabajo.-Dijo Amy con una mueca.
--Allá tu, ya me echaras de menos.-Dije con voz triste.
--Sabes que te quiero.-Dijo Amy pasando su brazo alrededor de mis hombros.
--Losé.-Le dije con sarcasmo mientras la empujaba hacia su clase.
Esta era una de las pocas clases que teníamos separadas. Me dirigí a mi clase de física y me senté en el primer sitio que había libre. Empece a morder la tapa del boli hasta que algo me llamó la atención. Jake Black, el y sus amigos se encontraban al final de la clase, le reste importancia puesto que se mantenían lejos de mi, eso pensaba hasta que os tres se sentaron a mi alrededor.
Jake se sentó a mi derecha, Sam a la izquierda, y Matt justo detrás de mi. Me preguntaba si ellos pensaban que eso me molestaría, si es así están muy equivocados. Se cambiaron de asientos, que malotes.
--Nos encontramos de nuevo.-Dijo Jake.
--Supongo que si.-Respondí mientras copiaba los problemas que estaban escritos en la pizarra. Mire de reojo y vi que seguía mirándome. --¿Quieres algo?.
--Quiero ver si puedes cumplir con tu amenaza.
Mire hacia el con una ceja levantada.--¿Que amenaza?.
--Esto no ha acabado.-Dijo con una voz chillona.--¿No lo recuerdas? Parecías muy segura cuando me lo dijiste.
--Asi que has venido hasta aquí a amenazarme para que yo corra como una niña asustada y así tu quedas como ganador.¿No?,¿O me equivoco?.-Le pregunté mientras volvía la cabeza hacia mi papel.
--¿No sabes quien soy?
--Oh, claro que lose, he oído bastantes rumores sobre ti, pero no es que me los crea. Lo que he podido deducir a partir de todos ellos es que eres un niño rico que usas el dinero de tu padre y sus influencias para limpiar tu nombre. Incluso si me amenazas no te puedo tomar enserio porque lo único que veo ante mi es un niño llorando por llamar la atención.-Le respondí, oí a sus amigos reírse y no pude evitar que en mi cara se formara una sonrisa de satisfacción.
Durante el resto de la clase Jake se mantuvo callado. Cuando la campana sonó recogí mis cosas y mientras me dirigía a la puerta noto que alguien se agarra a mi brazo. Cuando me giré a ver quien era no me sorprendió ver a Jake.
--¿Que quieres?.-Le pegunte mientras me liberaba de su agarre.
--¿No sabes que puedo hacer de tu vida un infierno?-Dijo muy seguro de si mismo.--Solo con un chasquido de mis dedos puedes tener a toda la escuela en tu contra.-Su rostro estaba a pocos centímetros del mio, tan cerca que podía oler su aliento mentolado.--Solo un chasquido.-Me susurró.
Quería luchar y decirle que era un imbécil entre otras cosas, pero no pude. Las palabras que había formado se habían quedado atrapadas en mi garganta. No podía hablar, estaba cerca, demasiado cerca. Mi corazón latía tan fuerte que parecía que iba a saltar de mi pecho.
--Recuerdalo.-Dijo Jake mientras se alejaba. Mis ojos no podían dejar de seguirlo hacia la puerta, y con una ultima sonrisa hacia mi, salio del aula.
Mi mano se dirigió automáticamente hacia mi corazón. No entiendo por qué latía tan fuerte, no entiendo por qué mis ojos vagaban por su rostro , hasta sus ojos color miel, hasta su afilada mandíbula. Por qué no podía olvidarme del olor de su colonia o el impulso de correr mis dedos por el espeso cabello castaño oscuro.
La campana del colegio me despertó de mi trance.--Mierda.-Murmure en voz baja. Negué con la cabeza intentando expulsar esos pensamientos y corrí hacia mi siguiente clase, pero no pude evitar volver a pensar en el.
Cuando llegó la comida, yo estaba saltando de alegría; Uno, porque estaba hambrienta, y dos, porque mi mente necesitaba un descanso. Agarre mi almuerzo, lo pagué y caminé hacia la mesa donde estaba sentada Amy.
Durante la comida estuvimos charlando, pero no le dije acerca de lo que me sucedió con Jake, todavia estaba tratando de asimilarlo yo misma.
Los ojos de Amy se dispararon a mis espaldas a medio del comentario acerca de su fin de semana.
--Oh, parece que tienes un admirador.- Dijo ella.
--¿Que?.-La mire con incredulidad.
--Mira.-Amy asintió con la cabeza dirección a mi espalda. Me di la vuelta para ver exactamente a quien se refería. Mis ojos recorrieron el comedor hasta que aterrizaron en un par de ojos color miel muy familiares, y mi corazón se puso a latir aceleradamente. Me di la vuelta tan rápido como pude.--¿Te has sonrojado?.-Me preguntó Amy.
--No.
--Si, si que lo estas, ¿Te gusta Jake?.-Me preguntó.
--No.-Dije con cara de disgusto.
--Si, y lo sabes.
--No, y dejame.-Le dije cogiendo un par de patatas fritas.
--¿Entonces por qué te sonrojas?.-Preguntó.
--No me sonrojo, es el calor que hace aquí que te sube el tono de piel.-Me defendí.
--Si, claro.-Respondió Amy sin creerme.
--¿Me das tus patatas fritas?.-Le dije para cambiar de tema.
--Hazlo y haré pedazos tus galletas.-Me dijo Amy amenazante.
--Primero quieres me quieres quemar el móvil, el ordenador, etc. Y ahora quieres hacer pedazos mis galletas. ¿Que clase de mejor amiga hace eso?
--Las mejores.-Me dedico una sonrisa.
--Ya, claro.-Dije en un murmuro, y eso causo que Amy me diera un tortazo en el brazo y yo le sonreí. Pero ese pensamiento seguía aún en mi mente. ¿Por qué me sonrojé?