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Me recosté sobre el sofá del living y solté un suspiro agotado. El tener que ir y venir —todos los benditos días— estaba pegándome fuerte. El cansancio físico y mental que cargaba eran de gran tamaño. No tenía ánimos para nada.
 
Agradecí el poder contar con HyeJin y SeokJin-hyung, quienes hacían todo lo posible para brindarme su apoyo con el pequeño YeonJun. Ellos siempre me hacían el favor de cuidar a mi hijo cuando yo no podía hacerlo debido al trabajo, lo cual me permitía seguir conservando mi empleo para poder consentir a mi niño y saldar todos nuestros gastos esenciales.

YeonJun era lo más valioso que tenía. Había llegado a mi mundo cuando menos lo esperaba, pero resultó ser el mejor regalo que la vida me pudo dar.

Yo era un joven de veintitrés años cuando mi novia quedó embarazada, por lo que todo dio un gran giro; pero pudimos superar los obstáculos sin problemas. La madre de YeonJun y yo estuvimos juntos hasta que el niño cumplió dos años, momento en el cual ella decidió irse a vivir a Japón con su hermana, otorgándome la tenencia de mi hijo. 

Fue un momento duro, no voy a mentir. Me constó mucho adaptarme a nuestra nueva realidad. Pero el apoyo de mis amigos y familia fueron de gran ayuda; y también, mi hijo era lo que me animaba a seguir adelante.

En la actualidad, casi no tenía contacto con mi ex-pareja. Ella llamaba en las ocasiones especiales para hablar con YeonJun, aunque nada más que eso. Mi hijo, quien ahora tenía nueve años, no recordaba casi nada de ella. Yo sabía que sentía cariño por la mujer, pero dicho aprecio era pequeño. Aunque no era culpa de YeonJun, ya que él no podía sentir que ella era su madre cuando la mujer nunca actuó como tal.

HyeJin era lo más cercano que YeonJun tenía a una figura materna y yo no podía sentirme más a gusto con eso. Por otra parte, SeokJin también era un gran ejemplo a seguir para él, lo cual me parecía muy tierno porque mi hyung también era una figura ejemplar para mí. Y la realidad era que mi hijo los amaba a los dos de forma incondicional.

Solté una pequeña risa, mientras recordaba la escandalosa reacción que había tenido SeokJin al enterarse de mi percance en las vías. Él había puesto el grito en el cielo, a la vez que HyeJin me insultaba por ser tan idiota. Pero finalmente ambos me abrazaron y examinaron por completo, en busca de algún tipo de herida en mi cuerpo.

Durante todo ese rato, mi hijo siquiera posó su vista en mi persona. Aunque eso no me sorprendió en absoluto, debido a que él se encontraba embobado y mirando atentamente al hombre de cabello oscuro y revuelto; el cual había cargado mi vehículo por los aires —conmigo dentro del mismo— hasta que nos encontramos frente a la puerta de mi hogar.

HyeJin y SeokJin se fueron poco después de nuestra llegada, despidiéndose de nosotros y del invitado también. Tras la salida de mis amigos, invité a TaeHyung a moverse con comodidad por mi hogar, mientras que yo me encargaba de terminar de preparar la cena.

𝐔𝐏𝐎𝐍 𝐔𝐒 𝐀𝐋𝐋 ♡̶ : VMIN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora