Oficialmente guerra

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Llegue a mi casa con más hambre que nunca, lo único que deseaba era abrir la puerta y ver una Lasagna gigante.

Abrí la puerta y entre corriendo hacia la cocina. La empleada había cocinado tallarines, pero me dijo que aún le faltaban 15 minutos más, así que decidí mojar el pan en la salsa para ir llenando mi panza con algo.

Alce la mirada con mi cara toda manchada con salsa y pude ver por la ventana de la cocina que daba al patio a mi jardinero riéndose a carcajadas.

Definitivamente ese chico estaba destinado a verme en mis situaciones más vergonzosas.

Estaba haciéndome señas de que me acercara un minuto.

Así que decidí limpiarme y salí rápidamente.

-Espero que entiendas que estoy sin comer nada desde las 7:00 am y muero de hambre, me comería cualquier cosa, hasta a ti si te me acercas más- Lo dije en tono de chiste pero lo decía literalmente. Me lo comería y no solo por el hambre.

-Entiendo a la perfección. Yo estoy igual que vos- Me dijo mientras se reia.

Cuando deje de babosearme me di cuenta que tenia las dos manos atrás. Como si tuviera algo escondido. Quizás tenia los anillos y me iba a a pedir casamiento. Así que rompí el hielo

-Y bueno Pol, me llamabas nada más para burlarte de mi cara sucia o necesitabas algo más?

-Haddy, encontré esto tirado en el patio cerca de tu ventana, decidí dartelo a vos en privado antes que alguien más lo vea- Y me mostró una bombacha que decia "te haré mirar las estrellas" manchada con kétchup simulando sangre (apuesto que el no tiene dudas que es sangre) y para completarla, era una bombacha que se veía vieja, toda desteñida y hasta con agujeros.

Larecalcadaputamadrequemepario

Claramente esa bombacha no era mía. Sin dudas oficialmente la guerra había comenzado. Y la había comenzado Hanna, eso era lo peor de todo.

Cualquiera sabe que jamás se manda al frente a tu enemigo, eso se resuelve devolviéndosela el triple.

Así que decidí decirle un simple gracias , obviamente no pude evitar tartamudear y me fui adentro antes de que me largue a llorar de la vergüenza.

Se me había ido hasta el hambre, lo único que pasaba por mi cabeza era en llamar a Monica para que me diga su plan de inmediato.

Gemelas pero no idénticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora