Marco, la salvación

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Había pasado toda la noche hablando con Monica, o mejor dicho, sacándole el cuero a mi maldita hermana.

Su hermano, Marco, realmente la tiene lo suficientemente clara para hacer maldades, era evidente la mente perversa que solía tener. Él de chico le había hecho la vida imposible a mi amiga, a tal punto que ella le pidió a mi madre que la adopte, a lo que obviamente te está respondió riendo. Pero de mas grande el ya se había calmado por orden de su mamá, al menos con su hermana porque he oído muchos rumores acerca de venganzas que ha hecho con amigos que lo han traicionado, se llego a decir que el mismo invento un rumor acerca de la única novia que lo dejo a él que decía que ella era muy olorienta y solía tirarse pedos cuando estaban haciendo el amor. Ahora me rio (sobre todo porque me esta ayudando a vengarme) pero en el momento me pareció muy grosero de su parte. Ni siquiera creo que le haya importado esa chica, es solo que el no esta acostumbrado a que lo dejen, la verdad es que muchas chicas mueren por él y él se aprovecha de eso y suele dejarlas de un día para el otro. A mi se me ha tirado varias veces, y la verdad que si no hubiera sido porque es el hermano de mi amiga tal vez lo hubiera besado una vez, o tal vez dos.

Estaba muy contenta con la ayuda que nos había dado, así que decidí mandarle un mensaje

"Estoy empezando a adorar tu mente perversa. Gracias por todo demonio"

Y me metí a bañar. Me hubiera quedado por siglos metida en el agua, pero la voz de mi mamá llamando a comer me interrumpió de esa paz. Así que decidí salir rápidamente antes de que siga gritando mi nombre.

Mientras buscaba mi camisón pude notar que Marco me había respondido

"Si tan agradecida estas, puedes compensarme.. Empezaremos con un beso"

No pude evitar sonreír, debí calcular que aprovecharía para tirarme una indirecta. Y la verdad me gustaba este jueguito.

-Haddy no vuelvo a llamarte. No bajas en este preciso momento y no cenas.

En cualquier otro momento no hubiera bajado a cenar y punto. Odiaba que me hablen mal pero más odiaba tener que verle la cara a Hanna durante toda la cena. Pero la verdad el hambre me hacia perder el orgullo.

-Disculpen la demora- Me disculpé

-Estas perdonada pero deberás lavar los platos luego- Y pude notar la cara de gozo de Hanna a kilómetros.

El resto de la cena se baso en silencios incómodos y en escuchar a Hanna hablar de lo bien que la había tratado el colegio y de que ya hasta la habían invitado a una fiesta. Claro que yo ya sabia perfecto que la habían invitado a la fiesta. De hecho, yo había hecho que la inviten

Gemelas pero no idénticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora