Vuelve

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Una de las tres cabezas comenzó a aullar mientras que las restantes me miraban y miraban a su dueño, Damien. Yo no dejaba de ver el nuevo tatuaje ¿Eran las runas? No podía creerlo... ¿Diez años llevo sin recordar al amor de mi vida? Ahora me siento como la basura que arrojan al conteiner para desaserse de ella para siempre, así de inservible y asqueroso. 

-¿Por dónde hay que empezar?- miro a Damien desde la cama.

-Desde el comienzo- responde como adivinanza.

-¿O sea?- contraataco sin entenderle, ¡Que deje de habalr así!

Damien suspira irritado y Cerbero se recuesta asustado, yo miro al animal al cual ya le estaba agarrando cariño era como ese perrito callejero que se topa solo una vvez en tu camino y te sigue unos metros solo para irse, bueno... Así era mi relación con el animal de tres cabezas.

-Tenemos que hacer unos cuantos viajes- habla el gótico mientras busca libros en una repisa.

-¿Viajes? ¿Por qué no lo vamos a buscar directamente y ya?- me levanto y me le acerco.

-Porque desconocemos el motivo del por qué él no vuelve y tu pierdes la memoria, alguien te hace esto y vamos a ir a averiguarlo.

Fue depositando los libros en mis manos y pesaban más que el perro, como puedo, trato de cargar con el peso casi tocando el suelo con las manos, Pip se me acerca y los levanta con una mano mientras me barre con la mirada.

-¿Por dónde vamos a empezar?- habla el rubio mientras deja los libros en la mesa de su pareja.

-No lo sé...- responde abriendo los libros.

Suspiro y me sueno la espalda tratando de calmarme, hablan con misterio y era agotador, sentía que me trataban como idiota, no los culpo pero tampoco era para exagerar. El pelinegro golpea la mesa, tirando uno que otro libro, Cerbero se va corriendo a su cueva y Pip mira a Damien sin asustarse. 

-¡Demonios!- grita y sus ojos comienzan a brillar, de su espalda salen unas enormes y majestuosas alas de demonio mientras se creaba fuego a su alrededor.

No sabía que hacer, sabía que se enojaba así pero ¿Tanto era el enojo como para escupir fuego?, el rubio se acerca sin dudar y toma la cara del pelinegro, acerca su frente a la de él y comienza a respirar tranquilamente, Damien le imita y las alas como el fuego desaparecieron repentinamente, me siento en el suelo asombrado por el poder de ambos.

-Gracias...- susurra al rubio para luego mirarme.

-¿Mejor?- pregunto sonriendo para no mostrar miedo.

-Tenémos que ir a ver a Jesús- habla mientras se va a otra sala.

-¿Jesús?- pregunto incrédulo- ¿Jesús, el hijo de Dios?- le miro a Pip sin entender.

-Ese mismo- responde Damien desde la otra sala- Algo debe saber- vuevle cambiado de ropa.

Un traje negro, elegante, con un bastón de gala, así iba a ir vestido. Damien mira a Pip y este chasquea el dedo para colocarse también un traje de camisa blanca y corbata roja, sonrién mutuamente y voltean a verme a mi, Pip negando con la cabeza por mi "repugnante apariencia" y Damien se me acerca sonriendo.

-Yo me encargo- sopla hacia mi cara y, como idiota que soy, huelo su aliento y empiezo a toser.

-¿No conoces la menta?- pregunto haciendo movimientos con la mano como si fuera un abanico.

Dejo de toser y miro hacia abajo, me había cambiado de ropa con tirarme su aliento a muerto en la cara. Tenía unos pantalones de vestir color marrón oscuro, una elegante camisa anaranjada y un sombrero elegante en la cabeza. Debo de admitir que tiene un buen gusto para la moda este anticristo.

♡☆¿No Me Recuerdas?☆♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora