♡☆¿No Me Recuerdas?☆♡

Estrella del futuro...

Kenny:

Volaba sobre la guarida y el mismo Cthulhu, el monstruo de más de doce metros que dormía y se alimentaba por las almas que Dios les mandaba. Estaba frente a mi. Mis alas se agitaban para mantenerme justo sobre el mar que se movía constantemente creando olas, estaba algo inquieto, y como olvidar el destello celeste, brillaba como una estrella en el cielo la cual reconocí como cualquier constelación que miraba, eras tú. Titilabas y era como si me hablaras en código morse, miro el brazalete y con claridad decía.

-"Date prisa"

Nervioso, no sabía que hacer, miro a los al rededores y no había nadie ni nada que me pueda ayudar, miro a tu dirección y por alguna extraña razón se me cruzó la idea de hacer una especie de estrella, algo burda y hecha como por un niñato pero eso hizo que las alas me elevaran unos metros y se cerraron, dejándome caer al mar y me hundía, caía y seguía hasta llegar a las profundidades y tener de frente al señor destructor. 

-...- quise hablar y solo salían burbujas de mi boca esperen, ¿CÓMO RESPIRABA?

Miro mi brazo y todas las runas brillaban, incluso una en el brazo derecho ¿En qué momento me había hecho esa runa? Parecía una cruz y brillaba pero no era el momento de pensar en esa runa, volteo a todos lados y trato de buscar el destello y no lo diviso ni cerca, comienzo a nadar lejos del enorme ser y llego a una gigantesca puerta llena de moho y uno que otro insecto de mar, apenas la toco se abre un poco y me impulsa a entrar, mi cuerpo es arrastrado hacia el interior y lo logra, caigo y había aire, comienzo a toser y respiro agitado, la runa del brazo derecho deja de brillar y el brazalete cambia de mensaje.

-"Te siento cerca"

Eso fue suficiente para que me levante y comience a mirar para todos lados, el lugar tenía un color azul y verde oscuros, caían gotas de toda la parte que sería un techo, habían bichos de agua que trepaban por las paredes de piedra. A lo lejos diviso una mesa, también de piedra, me acerco lentamente y arriba de la misma estaba un collar con un dije de un conejo, sentado y con el ojo izquierdo- el único que se podía ver- decorado con un pequeño diamante de color celeste. Lo tomo y lo examino por todos lados, era color plata y el diamante... ¿Esto era lo que titilaba?

Levanto la vista y, frente a mi, habían muchísimos adornos, dijes, aretes, accesorios de diferentes colores y diamantes de todos los tamaños, solo tenían algo en común...

-Son todos animales...- dije con claro asombro.

Vuelvo a ver el brazalete, ya que era la única forma de hablarle a mi Sweety, abro los ojos y se me cae la mandíbula... No podía creerlo.

-"Me encontraste..."

Vuelo a ver el collar y mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas al ver como brillaba el pequeño diamante, abrazo el accesorio y caigo de rodillas al suelo, eres tú... De verdad eres tú... Sollozo y miro al rededor nuevamente, estaba todo tan oscuro salvo por los tesoros que brillaban por el diamante que contenían. Me acerco a rastras y me pincho con algo, levanto la mano y eso seguía adherido a mi, lo alejo de mi piel y era otro conejo, solo que era de oro y hecho el animal como con formas simétricas, miro el diamante y era rojo.

-¿Otro conejo?- miro la pulsera.

Su diamante estaba en el corazón del animal, suspiro mientras me pongo de collar el collar de Leo, escuchando que choca con otro metal, miro mi pecho y era la cruz de Damien, volteo los ojos y guardo en el bolsillo el conejo de oro, algo me decía que debía tomarlo. Me levanto y miro otra vez eso que estaba delante de mi, todas son personas ¿Por qué están aquí?

-Como sea... Debo salir...

Inesperadamente, las puertas se abren, me volteo y se entraba un tentáculo por la misma, se movía a rastras y con lentitud, por el gigantesco tamaño me di cuenta inmediatamente de quién se trataba y era hora de cenar... El tentáculo se me acerca y trata de quitarme el collar de plata, lo golpeo y me alejo, el tentáculo parece despertarse y comienza a ponerse más violento, se abalanza sobre mí e insiste nuevamente, abro las alas y aletean con tal fuerza y velocidad que soy soltado y elevado, el tentáculo se aleja y todo comienza a temblar, el oro caía y se desprendían pedazos de piedras del techo.