The First End Of Worlds - Parte 1: Lovley Machines

La ley del más fuerte

Otros días de escuela no podrán ser más enfermizos que éste, no podrán ser tan, penosos. Normalmente de martes a sábado Frank y Hei tienen clases, por supuesto, en salas distintas y separadas, es una familia muy convencional realmente, no podrían tener ningún problema, amenos que, lo tengan.

–Esperemos a papá, él sabrá cómo tratar ésto, ¿te duele algo?— Le diría Hei a su hermano.

–¡No, estoy bien!— Expresó Frank, tratando de no "preocupar" a su hermano.

Frank está malherido, obviamente no está bien, pero el pedir ayuda ahora no es algo que tenga permitido, no querrá que lo castiguen. Hei, al oír tales palabras de la boca de su ingenuo hermano Frank, suspira mientras cerraba los ojos, miró hacia el lado izquierdo y movía inquieto el pie, solo quería llegar a casa.

–Como tú digas, hermano.— Dijo Hei antes de callarse y esperar a su padre.

Luego, pasó un largo tiempo hasta que llegara su padre, fueron exactamente los penúltimos niños en salir, igual que de costumbre. Después de tal llegada, el padre mira a Frank, arquea las cejas y muestra los dientes, sube sus hombros y simplemente emprenden camino a casa, los dos tomados de las grandes manos de papá, dan largos pasos a la casa, la cual quedaba cerca, pero aún así debían caminar algo de tiempo hasta llegar. Hei, apresurado viendo la casa a lo lejos, se suelta de las manos calidad de su padre, y corre en dirección a su casa, éste, fue el peor error que pudo haber cometido en su vida llena de preguntas, ahora, sabrán por qué.

Frank, vió cómo su hermano se alejaba, y, apesar de sus heridas, él, lo siguió, soltando las manos de papá, éste, también fue el peor error que ha cometido en su vida, debido a que éste mismo, le costaría su vida en su futuro. Mientras tanto, el padre da un pequeño grito, y alza los brazos mientras abre los dedos de sus dos manos, Frank y Hei no responden a éste llamado, y, silencio por unos segundos, Frank, que estaba detrás de su hermano, pudo percibir un grito detrás suya, volteó y, vió la mano de su padre ser escondida entre un callejón a otra calle.

–¡Hermano, algo le pasó a papá!— Gritó Frank asustado, volteó su cuerpo y corrió en dirección contraria de casa.

–¿Qué, ahora qué?— Dijo Hei algo cansado, voltea y se dirige a Frank, pero al verlo correr, corre a él.

Los dos hermanos, corren al callejón, y ven que no está su padre, Frank sin pensarlo dos veces cruza el callejón, Hei lo sigue, pero ya era muy tarde, la percepción de Frank y Hei cambio, el mundo les daba vueltas, empezaban a tener hambre, sudor, y dolor de cabeza, ya no era de día, era de noche, algo raro estaba pasando, Frank escucha un grito que proviene de un extraño lugar grande, como un gimnasio techado, Frank, grita, y corre mientras llora al extraño lugar.

–¡Hey!— Exclama Hei alzando sus brazos, Hei, el cual veía cómo su hermano corría, corrió junto a él, pero, no por mucho.

Frank, no se detiene, y, luego de correr tanto, llega a la puerta del gimnasio extraño, la cual estaba abierta, y extrañamente, a oscuras. Frank, entra rápidamente, no piensa nada, solo hace lo que cree correcto, Hei, rápidamente llega junto a él, y se para junto a él. En el interior del gimnasio, se pueden apreciar unas luces verdes que iluminan poco, ya sean tiradas o en algún estante, y de repente, se ve una luz de linterna apuntando a los dos hermanos, Hei, empieza a dudar si ésto está bien o no realmente.

Frank, da dos pasos atrás, pero, cierra el puño fuertemente, mientras que Hei, toca el hombro de Frank tratando de moverlo hacia atrás, y de repente, las cabezas de Frank y Hei dan vueltas otra vez, sienten dolor de cabeza extremo, Hei se cae y Frank se agacha, Hei se para rápidamente pero los ataques siguen y siguen, los dos se encuentran en graves problemas.

El extraño de la linterna se acerca cada vez más, Hei, tiene una idea, sucia, pero efectiva, la peor idea que ha tenido de todas las buenas que tendrá.

Empuja a Frank con fuerza al desconocido, y corre por su vida hacia afuera, detrás del callejón, Frank, cae en los pies de el desconocido y para de avanzar, Hei, por su parte, llega fuera del callejón sudando y blanco como papel, con hambre y dolor de cabeza, de dirige a su casa, y al llegar, no hay nadie dentro.

Frank es tomado por el desconocido, mientras Frank trata de escaparse, pero ya es demasiado tarde como para escapar.

Una luz sale como si una puerta se hubiera abierto desde el fondo, detrás de tales puertas se encontraba otro desconocido, el cual espera detrás de la puerta extraña. Frank es llevado a la fuerza a tal persona, y, realmente no eran unas puertas, si no resulta que era un elevador, Frank es tirado fuertemente al elevador, como si fuera un objeto, el extraño de la linterna también entra al elevador. Frank se levanta y con una cara molesta y lágrimas en los ojos dice:

–¿¡Dónde está mi padre!?— Mientras trataba de golpear a los extraños.

No recibió respuesta, y sigue tratando de lastimar a las personas desconocidas, al rato le resulta ser molesto a uno de ellos, y, toma de la ropa a Frank, para luego golpearle en la cara y dejarlo en el piso con la nariz sangrado. Frank se levanta lentamente con las fuerzas que le quedan.

El elevador se abre, ya llegaron a su destino, un lugar extraño, con montones de aparatos y cápsulas gigantes, tamaño humano, Frank, es llevado de tirones de brazos a una de ellas, y, lo meten dentro con fuerza, Frank, está llorando, con heridas, pálido, muy débil, y aún así, hace su mayor esfuerzo de salir, y trata de escapar saltando, pero, obviamente, es detenido por los altos hombres misteriosos.

Frank es azotado hacia la pared mientras lo toman del cuello, le ponen con cuidado un artefacto de forma extraña que colgaba de la cápsula en su boca, y, es enterrada en sus mejillas con unas espinas, es encerrado dentro de la cápsula, y es entonces cuando la cápsula empieza a llenarse de un líquido extraño y viscoso, hasta llenar toda la cápsula con Frank dentro, y Frank, se desmaya.