De estrellas fugaces y deseos.

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Nota de autor: Lo prometido es deuda, disfrutenlo. <3


* * *



Mingyu no sabía si podía distinguir entre alguna de las emociones que en ese momento estaban circulando por su mente, o en su defecto, sistema emocional. Así lo llamaba Joshua. Su pareja es quizás lo mejor que había podido tener, además de su trabajo, ambos se complementaban perfectamente y eso le hacía feliz. Razón por la cual no entendía por qué diablos estaba teniendo esta especie de emocion negativa, algo que le dejaba un escozor en el pecho y un gusto amargo en la boca al ver la familiaridad que tenía Wonwoo con aquel sujeto. «¿Así que Wonwoo baila?» pensó, recordando en ese instante su comentario hacia la torpeza del joven.

«¿Por qué entonces no me corrigió? Yo no habría perdido oportunidad.»

Mingyu estaba intrigado, era desconocido para él ese tipo de actitudes. Si, se había encontrado con gente a lo largo de su vida que no le discutía o rebatía, sin embargo, Wonwoo no parecía ser una persona que no hablara si algo le parecía erróneo. No veía Mingyu en Wonwoo una personalidad mansa y manipulable.

— ¿Es cierto eso, Wonwoo? —MinGyu miró a la CEO, quien tenía su completa atención puesta en el mayor.

— Sí, estudié durante la secundaria en una academia de baile y continué hasta mi segundo año de la universidad... —se detuvo un momento en su explicación, sentía la mirada de MinGyu calandolo profundo, como si quiera traspasarlo. Se sobresaltó internamente cuando la mano de Yugy se puso en su cintura baja y lo instó a hablar—. Luego de eso, tuve un receso de un año y medio, entonces comencé a bailar de nuevo para un lugar.

La CEO no parecía muy convencida dado su receso, hasta que Yugy intervino.

— Puede ser una audición de última hora, ¿podría hacerla hoy? Lo he visto bailar y lo hace bien, puede ser nuestra solución. —Él vio como Yugy se giró para sonreírle y guiñarle un ojo, todos lo vieron y fueron testigos del sonrojo que prosiguió cuando el menor le susurró al oído—. Como un ángel caído del cielo.

Mingyu no entendía nada, y ver a Wonwoo sonrojado de esa manera, así como luego tomó una actitud bromista con el cantante para aligerar el ambiente (cosa que funcionó), le dieron más razones para avivar ese escozor. «¿Acaso son celos?» Mingyu alejó esos pensamientos.

—Lo voy a pensar. Necesitaré una recomendación del lugar en el que bailas. —Resolvió la CEO, levantándose.

En ese instante MinGyu, por alguna jodida razón que nadie entendió, intervino.

— ¿Pero realmente está capacitado para bailar siendo que se tomó un año y medio de vacaciones? —Él no miraba a nadie más que no fuera la CEO, eso no significaba que no pudiera sentir el peso de los ojos ajenos.

Min MiKa, así era como la CEO se llamaba, lo miró por unos segundos. — Es interesante que aportes tu perspectiva, señor Kim. Lo que resuelvo es que, si está capacitado o no, lo demostrará cuando se le haga la audición. —MiKa colocó una de sus manos sobre el hombro derecho del compositor—. Le agradezco su preocupación. Ahora, ¡todos! ¡A TRABAJAR!

La sala se fue vaciando hasta que sólo quedó la maquillista, el solista, Wonwoo y él. El chico, Yugyeom, con el que tendría que trabajar, se preparaba para una entrevista y al otro lado de la habitación, Wonwoo tomaba sus cosas.

MinGyu decidió acercarse para entablar una conversación con él, solo que el mayor parecía estar reacio a platicar.

— ¿Por qué no me dijiste que bailabas?

We Can't Be Friends [Hermanos Kim #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora