Capítulo 4

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Después de que Itachi se fue el silencio era demasiado pesado, Sasori suspiró sin tener idea de que hacer; invocó a Hiruko dispuesto a entrar, pero al ver la cara de terror de Sasuke supo que debía decir algo, por lo menos para llevar la fiesta en paz.

-Oye...-trató de hacer memoria pero no recordaba el nombre que usó Itachi- ¿Cuál era tu nombre?

-Sasuke...-dijo el niño en un susurro viendo al otro con cautela.

-Bien, Sasuke-dijo el pelirrojo con fastidio-deja de mirar como si la marioneta te fuera a comer, no te hará absolutamente nada- "al menos que yo lo pida" fue lo que pensó, pero no quería complicar más las cosas al decirlo.

-¿Tú como te llamas? -preguntó al fin el niño después de un largo tiempo reflexionando.

-Sasori-dijo a secas abriendo a Hiruko para acomodarse.

Sasori volvió a suspirar frustrado sentándose dentro de la marioneta, pero antes de que pudiera cerrarla, Sasuke también entró, cosa que molestó a Sasori y tuvo que contar hasta 3 para no gritarle al niño.

-¿Qué haces?-dijo tratando de mantener su poco autocontrol.

-No sé, lo mismo que tú-dijo con inocencia.

Sasori lo meditó, no podía dejar al niño andando por ahí, pues sería peligroso y lo atrasaría, pero dejar que entrara en su marioneta era algo que no quería pero no tenía de otra.

-Bien, viajaras dentro de Hiruko, yo caminaré-se levantó pero Sasuke lo agarró de la pierna.

-¿Dentro? No me gusta la oscuridad-dijo casi al borde del llanto.

Sasori quería matarlo y evitar ese fastidio, pero no quería enemistarse con Itachi, extrañamente, el pensar en que Itachi podía molestarse o decepcionarse con él le hacía sentir incómodo; pero eso no cambiaba el hecho de que no sabía tratar con niños, por lo que lo más fácil sería imitar a Itachi.

-No te preocupes-le sonrió, más por cortesía que por querer hacerlo-¿Si estoy contigo ayudaría?

-Sí-dijo el niño feliz.

Sasori volvió a sentarse y cerró a Hiruko, a los pocos segundos vio al niño abrazarse a él, pero en realidad no lo sentía, de no ser por la luz que entraba a través de los ojos de Hiruko nunca se hubiera enterado, porque no lo hubiera sentido, eso lo hizo pensar en el Tsukuyomi de Itachi y se reprendió mentalmente por pensar otra vez en el Uchiha en tan poco tiempo.

Hizo a Hiruko moverse, debía buscar un lugar para esperar que fuera seguro para el niño, con la marioneta sería más rápido.

Pasados unos diez minutos en completa calma al fin Sasori pudo ver lo que parecía un pueblo a la distancia, con suerte encontraría una casa vacía.

-Señor, tengo hambre-dijo Sasuke mirando insistente a Sasori.

El pelirrojo se contuvo de rodar los ojos, comer era algo que no necesitaba y era una necesidad muchas veces olvidada por él, pero eso no significaba que el resto fuera igual.

Se detuvo cerca de la entrada del pueblo y deshizo la invocación de Hiruko, Sasuke se sorprendió por la repentina luz y estar sentado en el suelo, Sasori empezó a caminar sin decir palabras, Sasuke corrió hasta él y tomó su mano, cosa que Sasori no sintió pero que supo debido a la figura de Sasuke a su lado.

-¿Por qué tu mano se siente extraña? -preguntó el niño, pero Sasori no contestó.

A esas horas de la madrugada no había nadie en el pueblo, y aunque lo hubiera, no creía encontrar algún puesto de comida.

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