Ridículo

Epílogo

Sasori estaba abrazado al pecho de Itachi mientras este acariciaba su cabello, ninguno decía nada, pero falta tampoco les hacía, después de estar metidos en tantas guerras un poco de paz no le venía mal a nadie.

De un momento a otro Sasori dejó de sentir la mano en su cabeza, y levantó la vista solo para comprobar que Itachi no había detenido su movimiento, pareciéndole extraño.

-¿Ocurre algo?-preguntó el pelirrojo.

-Creo que es hora de que nos vayamos-dijo levantándose y dándole la mano al contrario.

-Parece que no nos veremos en un tiempo.

-Sí.

Ambos se quedaron mirando, como queriendo decir o hacer algo más, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el paso.

-Itachi...-Sasori conocía al contrario, tal vez debía ser el quien tomara la iniciativa, pero no pudo.

-¡Danna! -llegó Deidara interrumpiendo el momento a gritos.

Itachi solo resopló y se fue, mientras el rubio lo veía con cara de pocos amigos, por su parte Sasori entro en Hiruko sin querer ver a su compañero, pues no era la primera vez que los interrumpía.

-No entiendo qué tanto hablan ustedes-Deidara siempre soltaba esa duda pero sin ninguna respuesta.

-No es de tu incumbencia.

El rubio quería interrogar al contrario, pero sabía que no iba a lograr nada, pero sabía que algo tenía que ver la misión que ambos tuvieron hace casi medio año.

.

.

.

Siete meses habían pasado desde la última vez que Sasori e Itachi se vieron, al pelirrojo no le gustaba esperar, pero prefería no ser tan obvio, pues no sabía como explicarlo si alguna vez lo cuestionaban, pues ni ellos mismos sabían que tipo de relación tenían.

Si bien es cierto que eran compañeros, sabía que su relación no acababa ahí, pues no te quedabas abrazado por horas a tu compañero sin razón alguna, ni tampoco querías besarlo, aunque esto último nunca lo habían hecho, y no porque no quisieran, sino porque ambos eran lo suficientemente tímidos como para no atreverse.

He ahí el otro cuestionamiento que se hacían, el qué sentían el uno por el otro; ambos sabían que no se odiaban, todo lo contrario, les agradaba la presencia del otro, y podrían decir que se llevaban bien, pero ambos sabían que habían cosas a las que aún no le ponían nombre.

.

.

.

-Que raro que me pidieras verte aquí-dijo Sasori llegando a una cueva, estaba dentro de Hiruko y tenía un cuervo sobre la marioneta.

-Sabía que estabas cerca del lugar.

-Yo sí, tú no, ¿Hay algo por lo que hayas venido hasta aquí?

A Sasori no se le pasaban las cosas tan fácil, eso Itachi lo sabía, y si bien pudo inventar una mentira, eso solo sería darle vueltas al asunto, pues el pelirrojo terminaría descubriéndolo.

-Estoy enfermo-dijo sin levantarse de la roca en la que estaba sentado.

-Lo sé-Sasori salió de Hiruko- no es nada nuevo que me lo digas-soltó esa frase incitándole a seguir hablando.

-No viviré una larga vida-extendió su mano y Sasori la tomó frunciendo el ceño.

-Si viniste a hablar de eso quiero advertirte que mejor detente o me iré.