¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥𝘯'𝘵 𝘸𝘢𝘯𝘵 𝘺𝘰𝘶 𝘢𝘯𝘺 𝘮𝘰𝘳𝘦»
El tiempo pasó volando, la suave brisa templada cambió drásticamente a un aire acalorado, el calor había llegado junto con las vacaciones. Por fin habías terminado tu primer año, fue un año bastante tranquilo, donde pudiste conocer a diversas personas, que hasta ahora, consideras como amigos. Michimiya, Kiyoko, Suga, Daichi y Asahi.
Resulta que tus constantes ayudas hacia la chica de tu clase hicieron que te apegaras a ese grupo, a pesar de no compartir su gusto por el deporte, fuiste bien acogida. Pero lo que más te alegraba de poder tener unos amigos en los que confiar, era él. El simple hecho de que Sugawara, la persona que robó tu corazón, supiera de tu existencia te hacia sonreír siempre que pensabas en ello.
Aunque solo fueras su amiga por ahora, solo necesitabas hacerte un camino a lo largo de sus sentimientos, para poder ser amada, claro, nada sería fácil, no podías simplemente declararte como si nada, sería rarito y probablemente vuestra relación se vería afectada. Pero no podías contenerte, no podías esperar para expresar lo mucho que te encantaba ese chico, en tan solo dos vistas logró captar tu atención y en tan solo un año logró ganarte completamente.
No podías quererlo más.
Era perfecto en todos los sentidos, no le faltaba nada, él era, sin lugar a dudas, la persona más maravillosa que habías conocido. Puede que eso fue lo que te gustó de él, aunque al principio fuiste flechada por su apariencia el hecho de conocerlo verdaderamente hizo que cayeras más. Ya no lo querías, ahora lo amabas.
─Las plantas no se van a regar solas, cariño.
Palmearon tu cabeza cariñosamente, sí, tenías vacaciones, pero te las pasabas ayudando a tus padres con su pequeño huerto, era lo menos que podías hacer por ellos en esta temporada.
─Sí, mamá.
Suspiraste con aire soñador, aún pensando en el chico que tanto adorabas, tu mente solo contenía ideas de cómo declarar tu amor, pero todas eran descartadas, eran absurdas para ti.
Agarraste la pequeña regadera, colocándote bien el pequeño gorro de paja que te protegía de los rayos del sol, con pasos decididos entraste al gran terreno, parte de este tenía riego automático, sin embargo, tu parte favorita del huerto se tenía que regar a mano, no era otra que el campo de girasoles. Siempre te gustaba correr por allí cuando eras pequeña, perdiéndote junto con tus pensamientos, ahora más que nunca, pensabas en Sugawara, porque de todas las cosas que podrían recordarte a él, los girasoles eran unas de ellas. Tan radiante. Tan bello como un girasol.
Tarareaste, sintiendo como la brisa calurosa golpeaba tu cara, curvaste los labios aun pensando en cierto colocador y lo perfecto que era, tu sonrisa se ensanchó al tener en cuenta una pequeña idea para tus avances amorosos, posiblemente algo cliché, pero para ti, era algo perfecto para la ocasión.
Reíste suavemente pasando tus dedos sobre uno de los girasoles, contemplando su belleza, cerraste los ojos, pensando en cómo se sentiría poder acariciar su cara, revolver su esponjoso pelo o probar sus dulces labios. Si tan solo supieras que a veces las cosas demasiado dulces pueden ser dañinas. Si tan solo hubieras sido menos ingenua, quizás ahora no estarías tan obsesionada con aquel chico. Pero era demasiado tarde para ti, te habías quedado pegada a su dulce personalidad, sin tener en cuenta que sus atención no era toda tuya.
Debiste tener cuidado con aquel flechazo porque; al final, el amor a primera vista, es el que más duele. Sin embargoeras tan ingenua que solo esperabas el fin del verano para poder verlo de nuevo, con su gran sonrisa, mirándote de esa manera tan angelical.
Por primera vez en tu vida, estabas realmente ansiosa por volver al los estudios.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
