O7.

1.7K 290 22
                                    

Capítulo n. 7, 

C O M P O R T A M I E N T O

«𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘧𝘭𝘰𝘸𝘦𝘳𝘴 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘥𝘪𝘦𝘥»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘧𝘭𝘰𝘸𝘦𝘳𝘴 𝘫𝘶𝘴𝘵 𝘥𝘪𝘦𝘥»


Eras tan estúpida, enamorarte de alguien a primera vista, patético. 

Solo había pasado una semana desde que Suga confesó sobre su enamoramiento. Dolió, dolió saber que no serías esa persona, saber que no te miraba con los mismo ojos que tú le mirabas a él. No saliste de casa en todo ese fin de semana, te encerraste en tu cuarto, escuchando música, llorando, sin siquiera molestarte a salir para comer, tan solo habías salido un par de veces porque necesitabas hacer tus necesidades básicas.

Tus ojos volvieron a picar, derramaste lágrimas que se impregnaron en las sábanas de tu cama, solo podías sentirte como una idiota al pensar que alguien realmente se fijaría en ti, y menos la persona que te gusta. Era la cruda realidad, te cayó como un balde de ladrillos sobre la cabeza.

Llegaste a preocupar a tu madre al ver que no respondías cuando llamaba a la puerta, o dormías bañada en lágrimas. Unos suaves toques en tu puerta hicieron que limpiases tus ojos rápidamente, aunque el hinchazón y la roja nariz te delatarían igualmente.

─Cariño, voy a entrar.

La voz de tu madre tenía un tono dulce y cariñoso, por un momento te recordó a Suga, provocando que tu labio tiritase, con ganas de volver a dejar que las lágrimas recorrieran tus mejillas. Te miró con pena, acunando tu cara, dando leves caricias que hicieron que rompieras a llorar, te aferraste a ella buscando consuelo, tu madre solo pudo sonreír tristemente, acariciando tu cabello, susurrando dulces palabras a tu oído con la esperanza de que te calmaras.

Lo soltaste todo entre sollozos a veces inentendibles, tu cara era un desastre, todo en ti era un desastre en esos momentos pero tu madre comprendió todo, apoyándote con palabras maternales. A pesar de sus intentos seguiste en la oscuridad de tu cuarto, sin querer relacionarte con nadie por el momento.

Ibas por una carretera a toda velocidad y tú, te habías estrellado contra el pavimento de una manera dolorosa atropellando tus sentimientos sin compasión.

Tu comportamiento cambió, aunque solo hacia Sugawara, no eras tan cariñosa, eras más distante, empezaste a estar sola en los recreos, con la excusa de que querías estudiar, empezaste a salir menos...

Ni siquiera podías sonreír igual que antes.

Cerraste los ojos, esperando no tener que ir el lunes a clases para continuar en tu querida y triste soledad, sin querer tener que dar explicaciones a nadie, pero nada es como quieres, tuviste que presentarte a clases, y obviamente tuviste que verlo. Michimiya notó tu comportamiento demasiado rápido, también preocupada por ti, ya tenía una ligera idea de lo que podría haber pasado, pero quería preguntare por si eran otros problemas.

─¿Estás bien?

No miraste a su dirección, garabateando en el cuaderno, te encogiste de hombros.

─Sí.

Golpeó tu mesa con ambas manos sobresaltándote, tu lápiz salió volando, provocando que solo pudieras mirar su ceño fruncido.

─¿Qué ha pasado?

Mordiste tu labio interior, conteniendo tus ganas de llorar.

─A Suga le gusta un chico, bueno, ni siquiera está seguro.

Se calló por unos segundos, asimilando la nueva información, volvió a golpear la mesa, ahora con una sonrisa.

─¡Entonces ya está! Si él no está seguro aún tienes una oportunidad.

─No sé, no estoy tan segura.

Te sacudió por los hombros, dándote ánimos, incitando a que hablases con él para declararte directamente, sin rodeos. Sabías que había una probabilidad de que Suga realmente no estuviera enamorado completamente de Daichi, pero tampoco estabas segura de querer confesarte. ¿Siquiera no se dio cuenta ya de cómo lo miras?

Un par de lagrimas rodaron por tus mejillas, las limpiaste rápidamente, agarrando la pequeña regadera para seguir con tu tarea, en estos momentos estabas regando el pequeño huerto con girasoles, sin muchas ganas. Tus dedos rozaron un par de plantas marchitas, habían muerto.

Estaban tan muertas como tus esperanzas con Suga. ¿Quién te manda enamorarte de un ángel?

Si antes querías que el curso empezara lo antes posible para poder ver al chico, ahora, solo podías desear no estar tanto tiempo a su lado. Quemaba ver cómo era su comportamiento hacia Daichi. Pensando constantemente que nunca te vería de esa manera.

 Pensando constantemente que nunca te vería de esa manera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗦𝘂𝗻𝗳𝗹𝗼𝘄𝗲𝗿𝘀┃Sugawara KoushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora