Sigo enterrada en el lápiz y el papel porque a esta altura de juego este es mi único consuelo, pero ¿En qué momento decidí dejar de luchar por quien iluminaba mis días, aunque no eras capaz de verlo y disfrutar de todo lo que te brindaba mi alma locamente enamorada? cada día me pregunto si estarás bien si la decisión que tome estuvo bien, ¿qué hubiera pasado si seguía desgastándome por ti?
Te amo, pero decidí amarme más a mí y callar porque me amo más a mí, porque tu amor dolía, dolía tanto que llegué a dudar que fuese amor lo que sentía por ti. Aun así, no dudes nunca que te amo. Y es que todavía no se como hacerte entender todo lo que sentí por ti y te escribo esto queriéndotelo gritar en la cara imaginando vagamente que aceptas lo que te digo y luego recuerdo que solo es y será eso, una vaga imaginación.
Estaba dispuesta a darlo todo por ti y no se como no fuiste capaz de verlo y si lo viste como fuiste capaz de no acoger mi amor y todo lo que te daba, fue más lo que perdí luchando por tu amor totalmente imposible. A veces llorar y gritar al pensar en todo lo que te di, me hiciste creer en el amor y al mismo tiempo odiarlo. ¿Algún día podré decir que ya no te amo? ¿Algún día podré olvidarte? Solo me queda suspirar fuertemente mirando el paisaje tan bello que se encuentra frente a mí, pero que no puedo disfrutarlo porque aun sufro por tu amor.
Me encuentro desesperada y solo quiero gritar y patalear como si de un berrinche se tratase porque debo chocar con la realidad que me absorbe te perdí y te perdí de verdad, en el intento también me perdí yo, quizás sea suficientemente tarde cuando veas esto y estoy cociente de ello.
Me siento tan cansada.
Tan cansada de vagar en los pasillos y no verte, de imaginar que seria si estuvieras aun aquí, pero hasta de eso me siento cansada.
El dolor de tu ausencia se siente como un trago amargo, como un bocado imposible de digerir. Intento conocer a las personas a mi alrededor y cada día me convenzo de que estoy rodeada de extraños y me enseñaron que no debo hablar con extraños.
Solo me siento a esperar que el tiempo pase, porque hasta este se puso lento. Si el vacío que me agobia no confirma la tristeza que me embarga, pues los hacen las lagrimas que amenazan con una salida sin retorno.
Desde lejos admiro la calle porque la carga no me deja acercarme, pero ¿y dónde quedó mi yo?
Esta no soy yo y anhelo que todo esto sea un mal sueño del que no he podido despertar.