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–¿Ya tienen todo listo? –Ocarina subía algunas de sus cosas al auto donde irían todas las chicas.

–Sip, solo quedaría ir por la pieza de los chicos –Linkle subió la última de las maletas.

–entonces hay que subir, seguro que ellos ya nos están esperando –Ocarina se sentó en el asiento de copiloto mientras el resto se acomodaba.

–aun pienso que esto es una perdida de tiempo –Twilda rodó los ojos recordando cuanto tuvieron que insistirse, de igual forma las chicas decidieron ignorar su comentario.

Una vez las Zeldas llegaron al hogar desolado de los héroes, bajaron del auto en busca de la dichosa pieza.

–que aburrido –se quejó la mas pequeña de las Zeldas

–¿Donde la podrían haber dejado? –Zelsky miraba el lugar buscando respuestas– Linkle, ¿No tendrás una copia de las llaves?

–umm...no lo creo, hace mucho que me fui y no estoy segura de haberme las quedado, aun asi iré a revisar entre las maletas –Linkle movía las bolsas y maletas de un lado a otro buscando unas llaves, en eso, de una bolsa sale un sonido muy parecido a un quejido, todas se sorprendieron, y con curiosidad Linkle revisó la bolsa, encontrándose con una de las princesas dentro– ¿Tetra?, ¿Que haces aquí?, Creí que te quedarías en casa.

–¿Que?, Ni siquiera me avisaron que irían a la playa, incluso sabiendo que es mi lugar favorito –Tetra se cruzó de brazos indignada.

–¿En serio?, Pensé que Twilda te había invitado...

–no la invité porque no quería lidiar con otra niña mas que cuidar –dijo Twilda con un toque aburrido.

–¡Twilda!, No soy una niña, además que se cuidarme sola...–Tetra hizo un leve puchero.

–chicas, hay que concentrarnos, estamos aquí por la pieza, ¿recuerdan? –Ocarina seguía pensando en una forma para entrar.

–Ocarina tiene razón, no es momento de pelear, ademas hoy debe de ser un día para pasárnosla bien –Zelsky intentaba aligerar el ambiente con una de sus amables sonrisas que siempre tenían efecto, en especial con Twilda.

–veamos....pensemos como un Link...¿Donde dejarían una pieza muy importante por accidente? –Zelild intentó ayudar también.

–son tan despistados que seguramente lo dejaron aquí fuera...–Twilda se mantenía de brazos cruzados viendo como sus amigas intentaban concentrarse.

–pero miren que sorpresa, si son las princesas –una voz masculina se escuchó a un lado de Twilda, haciendo que esta misma se sobresaltase– ¿Puedo saber que las trajo aquí majestades?

–oh, disculpe si estamos molestando, nosotras estábamos...–Zelsky se detuvo para ver a detalle a esa persona– ¿Ghirahim?

–el mismo –Ghirahim guiño su ojo de manera juguetona– ¿Que la trajo aquí pequeña diosa?

–digamos que uno de los héroes nos pidió ayuda para traerle una pieza de auto de la cual no tenemos no idea –Zelsky respondió con una pequeña sonrisa– ¿Y tu que haces aqui?

–un amigo me pidió que cuidara el lugar mientras no estaba –desvió la mirada de manera disimulada con algo de pena.

–ya veo.

–Zelsky, creo que es mejor mantenerse alejada de el –Linkle susurro algo desconfiada de Ghirahim, cosa que el notó.

–ah, no te preocupes linda, no le haré nada, somos amigos.

Linkle miró a Zelsky buscando una confirmación de su parte, la cual obtuvo con un leve asentimiento.

–bueno, entonces buscan una pieza, ¿No?, Supongo que es esa –Ghirahim apuntó a una pieza metálica que se encontraba tirada a simple vista.

~Dulces vαcαcıones~ (Lınkcest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora