Desconocidos

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Una joven paseaba por un pequeño jardín lleno de violetas, un pequeño camino de tierra permitía el paso de la chica, ella disfrutaba sus últimos momentos de libertad, pues en unas horas, se convertiría en la esposa de un hombre adinerado que no conocía, fueron comprometidos por sus padres 10 años antes, por razones económicas y comerciales en beneficio de los padres.

Aquella chica de cabellos dorados se soltó en llanto, pues iba a ser atada a una persona que nunca había visto, no lo conocía, y tampoco lo amaba, tenía miedo, miedo se no ser valorada y ser castigada, miedo de la injusticia y el maltrato que podían hacerle, el precio tan alto de su libertad.

La peli amarilla cerró los ojos, pensó en su futuro, sabía que tenían mucho poder sobre ella, y si se dignaba a hablar, podría ser condenada a muchos castigos.

"No debes levantar la voz contra tus superiores, debes de contestar que si a todos aquellos que te den una orden, debes ser esclava de aquellos seres llamados hombres"

Esas fueron las últimas palabras de su madre, pues ella misma fue quien hizo el contrato donde vendió a un desconocido a su hija, como un objeto sin valor para casarla sin existir aún el amor.

La joven lloraba, hasta que un chico elegante se le acercó preocupado, el llevaba un antifaz, lo que evitaba ver su rostro por completo.

Joven: señorita, está usted bien?

Señorita: eh si, si estoy bien gracias

Dijo secando sus lágrimas.

Joven: eso espero, que hace una joven tan linda como usted en un lugar tan bello, con un sentimiento amargo?

Señorita: no quiero parecer grosera, pero no es de su incumbencia, joven...

Joven: mi nombre es Ricardo, un placer señorita...

Señorita: mi nombre no importa

Ricardo: claro que sí, como se llama la joven más hermosa de este pueblo? Acaso debo investigarlo?

Señorita: muy pronto seré la señora Leos, a lo que debo irme, una disculpa Ricardo

Ricardo: es enserio???!!! La felicito por su puesto tan importante en la sociedad, el señor Leos es un hombre muy afortunado de tenerla como esposa

Señorita: -sonrie tierna- muchas gracias, fue muy agradable conocerlo

Ricardo: lo mismo digo princesa, espero vernos muy pronto, que sea feliz en su nueva vida

Señorita:muchas gracias, lo mismo le deseo, sea feliz y no borre esa hermosa sonrisa caballero

Ricardo beso tiernamente su mano, y al sentir ese contacto ambos sintieron magia, sus manos se tocaban y llegaban justo a la gloria,sus miradas se cruzaban como el brillo de luna en una selva dormida , había una conexión entre ambas personas, sentían amor, se dieron la luz al sendero en la noche tan oscura, como un rayito claro de luna.

La joven tomo una violeta de la tierra y la acomodó entre el traje de Ricardo, le dió un beso en la mejilla, y se retiró del lugar con la esperanza de ser feliz, pero aún guardando el sentimiento del amor, llevando siempre en su corazón el sonido de su voz, sus hermosos ojos y la melodía del viento al encontrarse.

A la joven le dolió dejarlo, pero recordó que Ricardo llevaba puesto un antifaz por lo cual no vió su rostro por completo, aquel amor debía esperar.

La joven caminó rumbo a la iglesia, todos y todas las personas relevantes de la ciudad estarían presentes, incluso el padre de su futuro esposo.

La chica llevaba un vestido blanco que la hacía ver hermosa, sus cabellos rubios reposaban en su espalda, el largo velo cubría su rostro, y en sus pensamientos, había temor.

Ramito De VioletasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora