Quince

516 96 12
                                    


La verdad era que Saint no estaba así solo por lo que le estaba sucediendo su hijo sino porque la idea de estar lejos de casa y más el país de dónde sabía que había huido su padre le removía las entrañas pues al parecer seguía sin tener superado sus miedos.

El castaño estaba aterrado por si encontraba con este cualquier momento y ese miedo lo proyectaba en rabia contra su alrededor.

Zee estaba deseando irse de nuevo para Holmes Chapel donde estaba su vida, la vida en Los Ángeles le recordaba a su país.

El moreno ya se sentía nativo de Inglaterra, donde años atrás había llegado tras una macabra obra de sus enemigos y allí había encontrado su lugar y por supuesto al amor de su vida.

Por eso, a pesar de que las cosas se habían enfriado entre ellos, su amor estaba intacto y el alfa seguía loco por el omega, aunque esté tuviese la cabeza en otro lado y ni siquiera quisiese tenerlo cerca.

Menos mal que las cosas empezaron a cambiar tras una semana de la operación de Louis y éste comenzó a mejorar, al menos hablaba con el médico y las enfermeras, con su padre alfa, aunque a Saint seguía mirándolo reacio.

El omega se acercaba a la cama del niño con lágrimas en los ojos buscando el perdón y aunque este deseaba perdonarlo, aún estaba muy resentido por la mentira.

Le fue duro descubrir que no había sido un mal sueño y que en verdad estaba culpando a sus padres de que su caballito hubiese muerto cuando no era culpa de nadie, sino de un revés de la vida.

Mientras en Inglaterra, en la explotación todo iba muy bien pues Yatch lo hacía perfectamente y sabía que su jefe confiaba en el más que en sí mismo pues era un buen capataz, el cual organizaba de maravilla a los trabajadores y toda la mercancía era entregada a tiempo y en buenas condiciones.

El mantenimiento de la granja estaba al día, aunque llevar todo eso a cabo apenas le dejaba tiempo libre por lo que extrañaba mucho a su alfa, la cual entre las horas en la Universidad de Londres y luego las horas de viaje, luego llegaba y se encerraba para estudiar las materias.

Tenían muy poco tiempo para estar juntos pero eses pequeños momentos que tenían y que casi siempre eran al atardecer, eran vividos con intensidad por la enamorada pareja.

Tenían muy poco tiempo para estar juntos pero eses pequeños momentos que tenían y que casi siempre eran al atardecer, eran vividos con intensidad por la enamorada pareja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
15. Esperando a mi omega -Parte Cuatro -Zaintsee -Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora