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Desde los dieciséis que no se desvelaba tanto, el reloj marcaba las cinco y treinta de la mañana

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Desde los dieciséis que no se desvelaba tanto, el reloj marcaba las cinco y treinta de la mañana... milagrosamente no había dormido  nada, pues después del incidente arrastró al chico híbrido a su departamento y para colmo seguía gruñéndole.

No fue capaz de moverse ni un milímetro después de llegar a la sala pues el miedo la carcomía y no quería molestar al chico y que nuevamente le hiciera daño. Ambos se habían quedado en la sala ella en el suelo al pie del sofá y el chico aún lado del mueble del televisor, como buena noticia el híbrido se había quedado dormido unas horas atrás.

Soltó un suspiro resignada a que no dormiría nada, intento ponerse de pie pero todo su cuerpo estaba entumecido por la posición incómoda en la que había estado toda la noche, después de estirar los pies un rato volvió a intentar ponerse de pie y esta vez lo logró, se levantó con cuidado de no hacer mucho ruido y no despertar al chico que tenía la cabeza colgando sobre su pecho y sus piernas recogidas mientras su cola se enroscaba en una de sus piernas. ¿Cómo podía verse tan inocente?

No te engañes, Khione...

Camino por el pasillo en silencio y se dirigió al baño para tomar una ducha de agua fría para despertarse y tratar de soportar el dolor que tenía en sus costillas; después de treinta minutos salió de su cuarto ya con ropa nueva y su cabello húmedo cayendo por su espalda. El chico seguía en la misma posición incómoda pero esta vez tenía un puchero en sus regordetes labios rosados, por mucho que quisiera quedarse tenía que irse al trabajo.

Preparo dos sándwiches de atún para el chico y le dejo la botella de jugo de frutas en la barra de la cocina. Le dio un último vistazo al híbrido con preocupación de dejarlo solo, pero intentaba convencerse a sí misma que todo estaría bien.


(...)

Eran las seis cuarenta cuando llegó a la cafetería y para su sorpresa ya había clientes formados:

Este va a ser un día largo... — dijo para sí misma y se apresuró para abrir la cafetería mientras decía "buenos días"

Eran las doce del medio día cuando más o menos había tenido tiempo para marcarle a Nari por teléfono y explicarle la situación:

¿Cómo que te empujó? — volvió a repetir por enésima ocasión haciéndola rodar los ojos, le dio la bebida de limón a la estudiante quien la miraba raro, seguramente creía que estaba hablando sola pero señaló su oreja donde tenía los audífonos—Es que no puedo creer que haya reaccionado de esa manera...— su voz seguía teniendo ese mismo timbre incrédulo que había tenido la primera vez.

—Pues créelo y eso no fue lo único que hizo ¡atacó a Yunho! Ahora tendré que pagar por el hospital — pudo escuchar a Nari chasquear la lengua, al estirarse para sacar un nuevo paquete de vasos soltó un gemido al sentir dolor, se recargó en la barra intentando tomar aire, llevaba toda la mañana aguantando el dolor que tenía en las costillas y en parte de su brazo.

✧Puma✧ C.YJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora