POR UN ACCIDENTE - FIC Hyunjin

ONE

El reloj apenas marcaba las 6:30 am y había empezado ya mi día de una forma un tanto extraña. Mi vecino, el ocupante del piso de arriba del edificio, estaba junto a mí con tranquilidad, extrañamente hoy llevaba un traje negro ajustado a su atlético cuerpo, por lo general, cada vez que me lo encontraba estaba vestido de manera informal; una camisa ancha junto a unos pantalones cómodos, siempre me pregunté si era algún modelo o algún atleta, su rostro y forma de cuerpo parecían mandar señales a larga distancia que no cualquiera estaba a su nivel.

Y claro que no cualquiera estaba a su nivel, aunque me odiara por admitirlo debía de hacerlo, era extremadamente guapo. Tenerlo así de cerca, sintiendo su perfume invadir el pequeño espacio me hacía sentir mucha tensión en el ascensor, miraba los números bajar extremadamente lento, lancé un suspiro de frustración y a la vez soltando un poco los nervios, solo era yo ¿verdad? era su hermosura haciendo efecto en mi hormonal cuerpo que no paraba de pedir a gritos tocar cada parte de él, me sentía sucia e inmadura, he pasado por esta situación por mucho tiempo y aún mi cuerpo parece hacer una revolución ante mis pensamientos cuerdos, esto estaba mal, lo sabía, me daba golpes de pecho por pensar eso de alguien que no ha pasado más de un "Buenos días" y una pequeña sonrisa cuando nos cruzábamos.

Aferré con fuerza mi portafolio que llevaba en mis manos apretándolo a mi pecho al sentir qué al subir un chico mi vecino se pegó más a mí sin razón alguna ya que el ascensor era bastante espacioso. Levanté con disimulo mi vista, observé esos ojos color chocolate oscuro mirando con despreocupación hacia el tablero de los números, su tez era impecable y su cabello rubio caía con suavidad y delicadeza hasta bajo su oreja. Pensaba dejar de espiarlo pero al bajar unos pocos centímetros me encontré con esos labios rosados carnosos, mi padre seguro me golpearía si supiera lo que estoy pensando, aunque en realidad no importa lo que piense, siempre estará en mi contra

No había notado que me quedé observándolo mas tiempo de lo que una persona cuerda hace, tragué con dificultad saliva y alejé todo pensamiento impuro que intentaba escabullirse en mi cabeza, no funcionaría ni un hechizo para si quiera llegar agradarle a alguien como él. Solté un resoplido de frustración, dirigí mi vista a los números rojos que pasaban tan lento, 7...6.. Malditos ascensores, y maldita sea mis gustos de ver los paisajes urbanos desde lo alto, maldita sea a la inmobiliaria que me tentó con su descuento inesperado.

-¿Pasa algo?- me preguntó de repente, pegué un brinco, estaba tan concentrada en maldecir que no esperaba que alguien me interrumpiera.

-No...- dije con voz baja, lo miré, sabía quien era el que me habló, pero sabía que mirarlo era caer en el paraíso, bueno, tal vez sea el infierno, no lo sé.

-¿Por qué me miras? hace un rato no apartabas tu vista de mí, ¿Quieres decirme algo?- preguntó con tono intrigante y educado.

-¿Mirarte? En realidad...- sentía mis mejillas como ardían, me había atrapado y ahora no encontraba qué decirle hasta que bajé mis ojos hasta su cuello y encontré mi salvación-Su corbata está mal arreglada, si llega así a la empresa seguro lo reprenderán.

Él se giró para verme y yo simplemente huí cuando se abrieron las puertas, tenía las mejillas rojas y sabía que no podía esconder aquello, rogaba no encontrarme con nadie del edificio que me conozca y me detenga más tiempo y de nuevo me encontraba maldiciendo, ¿Por qué precisamente le tocaba la belleza excesiva a mi vecino? ¿Por qué me tocó de vecino a él y no a Momo? Y sobre todo ¿a dónde iba tan arreglado?

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Trabajar toda la mañana y la tarde me había dejado demaciado agotada, los tacones los sentía como agujas en mis talones, mis brazos los tenía rojos y marcados por la cantidad de documentos que he cargado sobre ellos.