TWENTY TWO

614 34 18
                                    

Holis, volví.

Teniendo en cuenta el tiempo al que me dediqué a pensar sobre éste penúltimo capítulo, quiero dar a entender que el mundo que describo no es igual al que vivimos, dónde la gente con fama es agobiada con cámaras.

--------------------------------------------------------------

HYUNJIN.

Acababa de salir de un ensayo muy agotador, había decidido ese día caminar y no ir en la camioneta con mis amigos, había cambiado de recidencia a una más cerca a la empresa unos días después de que ella se marchara.

Su partida, como lo esperaba, fué dolorosa, una costumbre de tenerla rondando a mi alrededor aunque sea una vez por día fué el vacío que me quedó. Al no soportar el hecho de seguir en esa residencia teniendo en cuenta que como ella había dicho "Espero no me digas esperando en éste mismo lugar" y me mostró su tan hermosa sonrisa entre lágrimas, supe que era hora de partir y empezar de nuevo.

Ahora vivía con Felix en el mismo apartamento, algo que decidimos porque él se mantenía más en mi apartamento que en el suyo que quedaba a dos calles abajo.

Había pasado ya más de un año, tuve miedo de mí mismo, pensar que podría olvidarla en el tiempo que se tomara me aterraba, o también que ella lo hiciera y nunca volviera. Inseguridades que dejé de lado, pensamientos como esos fueron poco a poco alejándose, cuando simplemente dejé pasar el tiempo.

Ése día era el aniversario de mi madre, por eso me dirigía hacia el cementerio, cargaba mi mochila en mi mano derecha, mi gorra tapaba mi rostro que estaba inclinado hacia abajo, ya estaba cruzando la esquina de la calle para dar con el cementerio más grande de la localidad.

En la entrada de encontraba el celador, estaba hablando por radio hasta que lo interrumpí.

-Buenas tardes, ¿Se puede?- me referí a la entrada cerrada.

-Claro, lo siento, el trabajo llama- se disculpó él señor abriendo la puerta de inmediato soltando la radio.

-Gracias- le sonreí amablemente.

Entré rápidamente, tomé un camino de piedras grandes incrustadas en el suelo, no había si quiera visto el rostro del celador, mantenía mi perfil bajo.

Llegué hasta lo último del camino, bajo un árbol de melocotones que para esa fecha estaba florecido, el viento movía con delicadeza las ramas del gran árbol haciendo desprender de él pétalos y alguna que otra flor que se arrancaba.

Leí el nombre de la cripta bien cuidada que se encontraba allí, sonreí ampliamente.

-Volví, vengo a verte de nuevo siendo tu cumpleaños- reí suave, puse mi mochila en el suelo y saqué de él una caracola, l sabía pintado con delicadeza una noche después de el paseo a la playa con mis amigos, más que paseo era por trabajo, una grabación de una nueva canción.

Había visto una concha que tomaba una forma peculiar, como un corazón, así que la tomé y pensé en decorarla y colocarla en su aniversario en la cripta.

Había tomado la costumbre de llamar su cumpleaños el día de cada mes de su fallecimiento, pero hoy cumplía un año más desde que dejó de estar en la tierra. A veces imaginaba de cómo sería mi vida si ella estuviera conmigo y mi padre, me imaginaba una vida felíz, pero por otra parte pensaba que tal vez no hubiera conocido a esa mujer por la que ahora me trae mal, tal vez nunca me hubiera cruzado con ella si quiera, porque nunca hubiera tenido que huír de casa.

-La encontré y pensé que te hubiera gustado- hablé como si ella me escuchara, al principio me daba vergüenza hacerlo, me sentía patético, pero con el tiempo sentía que en verdad ella estaba ahí, tal vez me escuchaba o tal vez no.-Chan me ayudó a escoger los colores para pintarla, gastamos como una hora en la papelería porque Felix no se decidía por el tamaño exacto del pincel.- reí recordándolos discutir algo que de suponía que debería de elegirlo yo.

POR UN ACCIDENTE - FIC HyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora