Hola chiquis, todo bien? JAJ
Os juro que no tenía intenciones de retrasar tanto el capítulo cinco, pero pasaron dos cosas:
1) Tuve coronavirus (ya estoy sana, pero estuve liadisima mientras enferma porque he cuidado de mi madre y sobrina)
2) Embriologia.......................................................... (que debería estar estudiando ahorita ahorita pero vaya JAJ)
He comentado un poco de eso en mi twitter, y a veces cuando tengo un imprevisto aviso por allá (tt: MestreNaoMorreu).
Dicho eso, aqui tienen el quinto capi, hecho con mucho amor, cariño y huevadas de mi parte y de onthe_ship, mi maravillosa revisora que tiene muchisima paciencia. Con el, van poder sacar una más de mis referencias *guiño guiño*
Espero que os guste :)
Camino no había pegado los ojos toda la noche. Pocas fueron las veces en que la Pasamar estuvo tan emocionada con algo, imaginando, hasta que saliese el sol, cómo sería cada momento.
Todo empezó cuando, en la cena del día anterior, su madre le informó que tenía una profesora y que las clases empezaban por la mañana – lo que casi hizo a Camino atragantarse con la comida y después ser reprendida por Felicia debido a su falta de modales. Su nueva maestra se llamaba Maite Zaldúa y, después de las buenas noticias, la princesa se volvió un verdadero sol de tan radiante.
- Tendrás que vestirte cómoda y no llevar ningún accesorio, órdenes de tu profesora. – Felicia apuntó y su hija asintió enérgicamente. – La señorita Zaldúa vendrá a buscarte a las siete de la mañana y te traerá once y media sin ningún tipo de retraso.
- Claro. – Camino seguía asintiendo, aunque estuviese intentando contener su ilusión. De repente, tenía energía para correr toda Valencia sin parar para descansar. Su madre le alzó una ceja, esperando más de su hija. – No se preocupe usted, madre, seguiré sus órdenes religiosamente y no la defraudaré.
- Eso espero.
La hechicera entonces miró hacia su hermano, que le dio un guiño y una larga sonrisa. Felicia también parecía feliz con su hija, contagiada por su energía, aunque intentase disimular bebiendo de su vino.
- Gracias, madre.
Felicia la miró un tanto desafiante.
- Es necesario. Aunque estas clases no deban interferir, bajo ninguna circunstancia, con tus obligaciones como futura reina. – La mujer se levantó con calma, seguida por sus hijos. Empezó a caminar hacia fuera del salón y habló sin volver la mirada atrás. – No te olvides de quién eres, Camino.
Aquello salió en tono de orden, algo esperado de una reina. Felicia no pide, demanda – y es mejor que uno la obedezca si aprecia su vida, seguridad o, en el caso de su hija, sus intereses más allá del castillo.
Después de aquello, Camino tuvo apenas un chismorreo rápido con Emilio antes de ir a su habitación y pasar la noche en vela.
Ahora, con la luz del sol entrando por la ventana, Camino ya se vestía para finalmente descubrir el mundo de la magia.
- Botas, pantalones negros, – dijo, apuntando y mirándose en el espejo – una camisa blanca y sin accesorios.
Verificó si los lazos de la manga estaban firmes y si el hilo que amarraba su pequeño escote estaba bien atado. Eran ropas parecidas a las que llevaba su hermano casualmente, pero en modelos femeninos y hechos a la medida de la princesa. Miró, entonces, una última vez hacia su trenza e intentó arreglar un mechón fuera de sitio, pero algo brillante llamo su atención.
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Ma Reine
RomanceCamino Pasamar es la joven princesa del reino de Acacias que, después de un evento traumático, perdió la voz. Pero además de un gran trauma, el evento que la enmudeció la hizo descubrir que tenía poderes mágicos, poderes que Camino utilizó de una fo...