Capítulo 6 - Atípico

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NO ESTOY MUERTA

A ver, me explico. Lo que pasó es que estuve en un bloqueo creativo larguísimo donde TODO que yo escribia era basura - os digo que fue una experiencia bastante frustrante. Sin embargo, la capacidad de escribir me volvió poco y poco y, por fin, pude escribir el capítulo 6.

Además de esto, también estuve muy envolucrada con photoshop (yo hice la portada de este capítulo y algunos otros edits que subí en twitter), entonces creo que la parte visual de Ma Reine vendrá con más fuerza.

Un HUGE THANKS para Hann G. Sola (@D4rkButterfly en twitter), que fue mi revisora en este capítulo. La chiquilla es un dulce la verdad.

Ahora, el capítulo.


Capítulo 6

Eran las ocho de la noche y Maite estaba echada sobre su chaiselong, leyendo un libro y acariciando el pequeño búho en su regazo. Había terminado hace poco una de sus pinturas y, aunque tuviese que trabajar en otros asuntos, estaba con la cabeza demasiado embutida.

Sin embargo, cogió un libro que no tocaba hace mucho tiempo.

Contaba la historia de Sappho, hija de Apolo y Afrodita, diosa de Lesbos, de la lira y del amor entre las mujeres. El libro decía que la diosa era gentil y generosa con sus seguidores, y a cada página que pasaba, Maite se volvía igualmente nostálgica y hundida.

Cuando empezaron a describir los templos, Maite no pudo contener una lágrima – más de rabia y de frustración que cualquier otra cosa. Creía que la historia de una diosa tan importante para ella podría traerle la paz que necesitaba, pero apenas hizo crecer el agobio en su pecho.

Sin pensar dos veces, tiró el libro lejos de ella y limpió la lágrima en su mejilla. Volvería a leerlo en algún momento, pero no ahora. Quizás cuando necesitase de un rasgo melancólico en algún de sus cuadros.

El búho en su regazo no pareció gustar de las acciones de la maga, volando lejos de ella.

Maite suspiró pesadamente.

- ¡Oe, peque! – Miró hacia su búho, que estaba encima de una de sus telas. Se levantaría para cogerlo, pero tenía un poco de pereza. – Vuelve aquí. – Le llamó con la mano – No quise asustarte, Eki.

El búho pareció poco convencido y, sin embargo, voló. Maite creyó que iba volver a su regazo, pero el familiar fue más lejos de donde estaba, desapareciendo de su visión por unos segundos, volviendo con el libro de Sappho en sus garras.

Maite le miró con la cabeza inclinada hacia un lado.

- ¿Qué vas a hacer con esto?

El búho le contestó con un grave ululo antes de convertirse en luz y desaparecer en el mundo espectral con el libro. Maite bufó, gritando hacia la nada.

- Sabes que puedo simplemente comprar otro, ¿no?

Balanceó su cabeza negativamente, aceptando que había enfadado a su familiar.

Aquel había sido un día atípico y estresante. No había podido dar clase a Camino porque ella estaba liada con sus cosas de princesa, el color de tinta que necesitaba se había acabado y no había un sólo sitio en Acacias que tuviese la maldita tinta – que tendría que pedir a Sophie que le comprase. Como si esto no fuera suficiente, cuando intentó dormir un poco para tener paz, tuvo una pesadilla con su pasado.

Ma ReineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora